De mala manera y sin considerar los problemas de salud de una mujer septuagenaria, la administración del Mercado “Alonso Felipe de Andrade” a cargo de Rilma Elías Cruz mandó a despojar de su puesto a la locataria Melba María Méndez Rodríguez, quien mediante un oficio presentado desde el 1 de abril ya había solicitado a la misma funcionaria el apoyo, puesto que debería ausentarse al menos seis meses debido a un coma diabético e hipertensión que había sufrido, padecimiento del cual apenas se está recuperando.
No obstante, Rilma Elías, por indicaciones del titular de Servicios Básicos Municipales, Jaerhs Echavarría Martínez, mandó a asegurar el local número 33, pasándose por alto al Cabildo Municipal y su Comisión Edilicia de Servicios Básicos, autoridad responsable de ver tales casos.
La locataria y su hija Karla García Méndez relataron que fue a través del jurídico del mercado “Alonso Felipe”, al que sólo identifican como Jesús, que les señalaron que eran órdenes del Presidente Municipal, y que la señora Melba María Méndez ya no contaba con ningún derecho, pese a tener más de seis décadas como locataria desde el viejo mercado, pues existe el interés de lucrar con las concesiones de las personas adultas mayores que por problemas de salud no han podido abrir sus puestos.
“Había un acuerdo firmado por seis meses para empezar a trabajarlo, yo no ha podido empezar por mi enfermedad, no tenemos el capital para invertir, pero estamos en la disposición de trabajarlo, pero los señores ya dijeron no tengo ningún derecho de estar aquí, ellos quieren lucrar con el puesto como hicieron con otros compañeros que han fallecido”, denunció.
“Están levantando puestos sin deberla ni temerla, no están tomando ninguna consideración, ellos ya dijeron que ella no tiene nada que hacer aquí, por eso muchos compañeros nos apoyaron a que nos metiéramos e hiciéramos presión, porque ella tiene 60 años de ser locataria de este mercado Alonso Felipe y creo que no es justo, por ser una persona de la tercera edad, que se lo quiten, porque ella ha luchado día a día para conservar este puesto.
Ya el señor Jesús, que es el jurídico y la señora Rilma, que es la administradora, dijeron que ella no tiene nada que hacer aquí y que el puesto ya no le pertenece, que Oscar Rosas diga si está de acuerdo con echar a una mujer de la tercera edad de su puesto”, agregó Karla García, hija de la locataria.
Injusticia
Doña Melba afirmó que vive hasta Atasta Pueblo, por lo que debe viajar diariamente para poder abrir el local, y es una completa injusticia porque cuenta con todos sus documentos en orden desde hace varios años, desde la concesión hasta los pagos, que no ha faltado a uno solo.
“Me dio un coma diabético, gracias a Dios logré salir pero mis piernas y mis brazos están mal, entonces yo fui a la administración y pedí el apoyo, la administradora estuvo de acuerdo que me iba a ayudar, y otra compañera me estuvo ayudando a abrir, pero a ella también tuvo problemas y no pudo venir a abrir.
Vengo desde el pueblo de Atasta, no tengo lo económico para hacerlo, ayer íbamos a pedir el permiso para que me apoyaran porque aún no estoy bien de salud, pero el jurídico ya había pegado ese papel.
Dicha persona le indicó que ya había perdido todos sus derechos, sin ser él regidor y saltándose a todo el Cabildo, que es el único cuerpo legal para tomar dicha decisión sobre las concesiones del mercado.
Finalmente, hicieron el llamado al alcalde Oscar Rosas González a que analice a qué gente tiene trabajando para él, ya que señalan que es una campaña de acoso contra los locatarios más antiguos y de mayor edad, quienes tienen problemas para abrir diariamente sus puestos, contra quienes se está yendo la administración del mercado despojándolos de sus puestos para venderlos a otras personas.
Afirmaron que cuentan con el respaldo de otros locatarios quienes conocen a Melba María como una de las primeras locatarias del mercado Alonso Felipe de Andrade, por lo que el día de ayer tomaron posesión del puesto y lo mantendrán abierto pese a los riesgos a la salud de doña Melba, ya que la Comuna no tuvo consideración al despojarla.
(Texto y fotos: Carlos Valdemar)