“En los últimos años, más de una decena de comercios en el área conocida como “La Sombrilla” en el mercado principal “Pedro Sáinz de Baranda” se han desplomado debido a la falta de comercio y pésimas estrategias mercantiles para apoyar a los vendedores de esta zona”, expresó el líder de las “huacaleritas”, Noé Noh Tamayo.
Mencionó que en lo que va del año, sus ventas continúan sin repuntar, al igual que la de los demás comercios que se encuentran en esta zona del mercado principal.
“Actualmente yo tengo trabajando como unos 20 años más o menos; sin embargo, no hay paso de gente. Hay locales cerrados, no hay comercio, han ido a hablar tanto con los presidentes municipales anteriores como con el actual, pero nunca han obtenido respuesta y los compañeros han tenido que cerrar”, precisó.
Noh Tamayo manifestó que el cierre de comercios también se puede observar a simple vista en otras zonas de la central de abasto y en sus inmediaciones, pero que resulta más notoria el área donde los negocian los vendedores ambulantes.
Comentó que en vista de que no hay autoridad que los atienda, tienen que brindar los productos a más bajo precio, lo que les quita ventaja frente a los vendedores del comercio regular.
El líder comercial apuntó que los locales ubicados en “La Sombrilla” se encuentran afectados por la infraestructura mal planeada y sin contemplar su crecimiento durante los años que le precedieron, así que no hay muchos comerciantes que estén interesados en el lugar, por lo que en ocasiones los arrendadores han decidido más baratos y aun así a los vendedores no le sale ganancia.
Argumentó que las autoridades deberían de realizar un nuevo ordenamiento para poder darle los espacios a la gente joven que quieren venir a vender a este central de abastos, porque si no les dan esa oportunidad, no obtienen conocimiento o beneficios del negocio en la central de abastos.
“Está mal diseñada esa infraestructura, adentro no hay comercio, no pasa la gente, afuera sí hay comercio, pero en el interior no hay nada. Aunque abran locales o se den esos locales a nuevas personas, la gente no va pasar al interior, lo que es “La Sombrilla” está mal diseñada”, externó.
Puntualizó que para el locatario ya no resulta un negocio, pero que para el Ayuntamiento sí, porque se está rentando el espacio y le genera ganancias, a costa de las pérdidas de quienes se muestran interesados en ofrecer sus productos.
“Esto es un negocio para el Ayuntamiento, pero para el locatario no es negocio. En el interior de la central de abastos donde se colocan los campesinos a vender su mercancía debería de dejarlos, también hay muchas personas que debido a que nunca les han hecho caso, porque su corazón se ha endurecido, así que la gente no dice nada por temor o porque pueda haber una represalia del gobierno”, finalizó.
(Wilgen Lara)