Campeche

Biblia no es sólo un libro, es Palabra de Dios

El Domingo de la Palabra de Dios puede ser esa capacidad del pueblo de comprender la Sagrada Escritura, porque no es sólo un libro, es una Palabra; es algo vivo, es algo que toca nuestra vida. Y por eso en la liturgia, en todo lo que expresa la vida de la comunidad cristiana, la Palabra de Dios es un momento de unidad, es un momento en el cual damos la fuerza necesaria para la evangelización, señaló el Obispo de Campeche, monseñor José Francisco González González .

Del libro del Profeta Isaías: En otro tiempo el Señor humilló al país de Zabulón y al país es Neftalí, pero en el futuro llenará de gloria el camino del mar. Más allá del Jordán en la región de tu pueblo que se gozará con tu grandeza y tu alegría. En tu presencia como gozan al cosechar el botín, porque tú te levantaste y te sientes vivo.

Primera lectura: Me he enterado hermanos por algunos servidores que hay discordias entre ustedes, les digo esto porque cada uno de ustedes ha tomado partido diciendo “Yo soy de Pablo, Yo soy yo, soy de Apolo, Yo soy de Pedro, Yo soy de Cristo, ¿acaso Cristo está dividido, es que Pablo fue crucificado por ustedes o han sido bautizados en nombre de Pablo?

Del libro de San Mateo. Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea y dejando el pueblo de Nazaret se fue a vivir a Cafarnaúm junto al lago del Neuralín para que se cumpliera lo que había anunciado el Profeta Isaías, la tierra de Zabulón y Neftalí camino del mar. Al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos, el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció.

Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo conviértanse porque ya está cerca el reino de los cielos; no ves que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, llamado después Pedro, y Andrés. “Los haré pescadores”, y le siguieron. Continuó y vio a Santiago y a Juan, hijos de Cebedeo que estaban con su padre en la barca remendando las redes y los llamó, también ellos dejaron enseguida la barca y a su padre y lo siguieron. Andaba por toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando las nuevas buenas de Dios, y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.

Instituyen Domingo de la Palabra de Dios

Monseñor González destacó que el Papa ha querido instituir el Domingo de la Palabra de Dios, como el tercer tiempo ordinario que es hoy, y lo ha hecho con una gran intención, la primera para que los católicos le den mayor realce a la Palabra de Dios, y apreciamos más esta comunicación con nosotros.

Se hace Palabra para que nosotros lo veamos a El y si Dios es luz para que nosotros obtengamos de Dios esa luz que nos conduce, y si Dios es vida para que obtengamos la vida que deseamos, y si Dios es alimento a través de la Palabra nos nutramos de ese Dios.

Pidió que nos fortalezcamos de Dios, pues se hace comunicación con nosotros, además el Papa quiso ponerlo en este día porque en torno al tercer domingo del tiempo ordinario se celebra el Octavario de oración por la unidad de los cristianos.

El Papa Sexto lo instituyó como la unidad de los cristianos y está señalando con esa intención que va a ser la Palabra de Dios la que nos unifique.

Si la Palabra de Dios nos une de una manera especial, ésta señala que necesitamos oírla y vivirla del mismo modo que Cristo le dijo a Juan en el capítulo 17, que todo sea uno como tú y yo somos uno en la oración sacerdotal.

En la Palabra que hemos escuchado hoy hemos visto como relaciona el Señor el salmo con la luz y la salvación. En la primera lectura el profeta habla de dos regiones del norte de Israel que habían sido abandonadas y la tierra de Neftalí que había sido separada de Judea, capital de Jerusalén.

Entonces, los pueblos vecinos las asediaban, las conquistaban, pero no solamente las conquistaban en lo militar, sino también espiritual, estaban separados de Jerusalén, fácilmente se contaminaban del culto y de dioses extranjeros.

Entonces los de Jerusalén ya no les tenían tanta confianza; es más los tenían como paganos, aunque los judíos no los consideraban por la mezcolanza que hicieron de su fe y porque estaban en tinieblas y no tenían la luz de la ciudad blanca que es Jerusalén.

Este camino que va al mar será un camino de luz, tierra de Neftalí, tierra de Zabulón, pueblo que camina con sentimientos y el Evangelio así comienza.

Jesús su vida pública la va a comenzar con ese texto de Isaías, tierra de Neftalí, tierra de Zabulón. Y entonces luego empieza a hablar en tono de alegría y de gozo, porque lo que era tinieblas ahora tendrá luz.

Alguna vez hemos tenido experiencia de estar en tinieblas, en una noche oscura donde no hay nada de luna.

Caminamos despacito porque no hay luz y si estás en un lugar que no conoces y sin luz cuántos accidentes se pueden suscitar. Si no hay luz nos tropezamos y caemos y hasta podemos morir.

Para no caer, hagamos como Jesús cuando caminaba en tinieblas y veía una luz: La Palabra de Dios.

Vamos a iluminarnos con la Palabra de Dios, la conocemos, nos acercamos a ella, la estudiamos, la meditamos, la compartimos. Es una lámpara que nos dejó Dios.

La luz y las tinieblas son muerte como lo publica San Pablo, quien nos dice que si nos dejamos iluminar por la Palabra, ya no habrá discordia entre nosotros.

(Karina Gómez)