En la nueva etapa del malecón costero la constructora no tomó en cuenta las rampas para las personas con discapacidadmotriz, por lo que no podrán ingresar a los restaurantes, declaró Yeni Elizabeth Aes Hernández, presidente y fundadora de la Asociación Llanta de Perro.
“En la primera no hay rampas para ir a la playa, yo creí que en esta ocasión podrían una entrada de rampa hacia los restaurantes”: destacó.
Lamentó la falta de empatía y la nula accesibilidad para las personas con algún tipo de discapacidad, ya sea alguna persona de talla baja, o de la tercera edad o con discapacidad visual o motriz.
La accesibilidad es para las personas convencionales, los mismos restaurantes han tenido la iniciativa de colocar rampas o escaleras para poder acceder a la playa, pero las autoridades gubernamentales no piensan en la inclusión.
“Si queremos comer en un restaurante necesitamos el apoyo de terceras personas, a cualquier persona nos gusta acudir a estos espacios, pero no piensan en las personas con discapacidad, de la tercera edad o quien necesite de un aparato ortopédico”, aseveró.
Agregó que las constructoras solamente colocan una rampa que no está diseñada para el acceso, lo hacen para cumplir con un protocolo y no está bien planteada para la accesibilidad.
Mencionó que en base al Artículo 9 de la Convención de los Derechos de la Persona con Discapacidad señala que a fin de que las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida, los Estados Partes adoptarán medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público, tanto en zonas urbanas como rurales.
Con información de Irene Barradas