Personal de seguridad del Aeropuerto Internacional de Ciudad del Carmencambiaron el transporte público por bicicletas para trasladarse a su lugar de trabajo, lo hicieron por amor al deporte y como medida de ahorro.
Eduardo Enrique Vera, guardia de seguridad de la terminal aérea, tiene más de seis meses que dejó de utilizar la combi para ir a trabajar. Su principal motivo fue el gusto que desde pequeño tiene por el deporte del pedal.
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El guardia vive a la altura del kilómetro 4.5 de la avenida Isla de Tris, y cada día conduce su unidad entre 20 y 25 minutos para llegar al lugar donde labora. Aproximadamente de 5 a 10 minutos más tardado que usar la combi, pero con ello, Eduardo cuida su economía familiar y además, ha mejorado su salud.
Expresó que diariamente gastaba 14 pesos diarios en el transporte, que a la semana representaban más de 80 pesos, ingreso que ahora gasta en artículos para el cuidado de su bebé.
Gracias a los casi cinco kilómetros que recorre a diario con su vehículo, el vigilante dijo que no se ha enfermado y se siente con mejor condición física para realizar sus tareas, incluso dijo que cada vez recorre en menor tiempo la distancia y llega a su trabajo sin sudor.
Así como él, varios de sus compañeros realizaron este cambio en su movilidad, y Eduardo mencionó que ahora se mueven en grupo de hasta tres personas con los que se siente más seguro respecto a la delincuencia pero sobre todo, están más atentos al movimiento de los automovilistas, que muchas veces no tienen precaución con los ciclistas.
En este tenor, el empleado narró que muchos autotransportes son desconsiderados con ellos en las calles; les cierran el paso, no los dan preferencia y en temporada de lluvias, muchos coches que pasan junto a ellos los mojan por ir a alta velocidad.
Por último, Eduardo comunicó que de 28 elementos de seguridad que hay en su turno en el aeropuerto, aproximadamente 12 optan por moverse en bicicletas, mismo transporte que con precaución usan para moverse dentro de las instalaciones del aeropuerto y hacer más eficiente su labor.
Hizo una invitación a la sociedad a probar este método de transporte, para mejorar los usuarios su salud, su economía y contribuir al cuidado del ambiente. Incluso Eduardo mencionó “se me hace bonito ver a los grupos de ciclistas por las calles, le causa una buena sensación a las personas”.
Por Juan García