Por motivos laborales, usuarios del Aeropuerto Internacional de Ciudad del Carmen pasarán lejos de su familia las fiestas de fin de año.
El originario de Chiapas, Francisco Espinoza, acudió a la terminal aérea para despedir a su esposa e hijos que partieron hacia el estado de Baja California, de donde es oriunda ella, para pasar las fiestas decembrinas con los abuelos.
Él comentó que su familia ya es residente de la Isla, pero cada diciembre, viajan a pasar estas fechas con abuelos, hermanos o tíos de otras partes del país, pero en esta ocasión, por causa de un aumento de sus responsabilidades laborales no podrá acompañarlos.
Dijo sentirse extraño porque en estas fiestas, lo que más desean las personas es convivir junto a sus seres queridos.
Además, Francisco se tuvo que despedir de su familia desde la entrada a la estación, pues para evitar aglomeración de personas como medida de riesgo ante el COVID-19, actualmente está prohibido el ingreso a todos aquellos que no viajen.
“se siente uno triste, porque como padre quisiera dejar a mis hijos hasta la puerta del avión, pero ni modos, es parte de este cuidado que tenemos que tener para no contagiarnos y cuidar a los que amamos”, agregó.
Ante ello, el chiapaneco dijo sentirse aún más triste por no poder ver a su estirpe abordar el avión.
De la misma manera, Salvador Sebastián, poblano y trabajador de la industria del petróleo, arribó a la Isla para cumplir con su jornada laboral en plataformas que tiene una duración de aproximadamente un mes, por lo que afirmó que tendrá que pasar navidad lejos de casa.
El plataformero destacó que al salir de su hogar, también su esposa e hijos quedaron consternados porque su padre no estará con ellos en esta época de unión familiar.
Así mismo, mencionó que aún no sabe si el año nuevo también lo celebrara fuera de su hogar, pues dependerá de la cantidad de trabajo y de las indicaciones de sus patrones.
Tras la llegada del primer vuelo a Ciudad del Carmen, se vio descender a varias familias, unas más numerosas que otras que incluso tuvieron que abordar la batea de una camioneta.
Por Juan García