Un 30 por ciento del cultivo de la soya ya fue cosechado y debido a que varias zonas permanecen húmedas no se pueden triar, dio a conocer el líder campesino, Fernando Catzín Aké, quien externó que la producción ya es comercializada a buen precio.
Las colonias menonitas Temporal, en Nuevo Progreso, también en Las Flores, así como algunos predios que siguen con encharcamientos, como la Nueva Trinidad donde sacan más o menos tres mil toneladas de soya, pero las compran en otros lugares y las mezclan con sus cosechas, lo mismo ocurre con el maíz y el sorgo, toda vez que la tonelada de soya oscila en ocho mil 300 pesos, mientras el maíz y el sorgo en cuatro mil 200 pesos.
Se espera que la cosecha total alcance las 40 mil hectáreas sembradas en toda la geografía “chenera”, ya que existen predios que siguen bajo el agua, donde se atascaron las maquinarias de la tría, por lo que buscan cómo auxiliar a los productores, pues se corre el riesgo de que la humedad afecte el producto.
Los productores esperan no haya más problemas, para darle paso a la siembra del sorgo, pues se desea que en 120 días quede el primer corte. “La comercialización es rápida porque no alcanzamos la meta que se nos fijó, el problema es que el maíz está verde en algunos predios, otros en agua y al caer se daña la mazorca”, sostuvo.
Abundó que será hasta el mes de febrero o marzo para cortar la cantidad de sorgo que necesitan, mientras tanto esperan que no llueva para empezar a triar.
Muerte de peces
Las lluvias de las tormentas tropicales “Amanda” y “Cristóbal” replicaron inundaciones, por ello fue común encontrar a personas en el camino que conduce a Nuevo Progreso y San Juan Bautista Sahcabchén, que pescaban mojarras; sin embargo, ahora lo que hay son olores fétidos por la putrefacción de peces.
Y es que la presencia de pozos de absorción permitió el desalojo de las aguas, al punto que las lagunas que se formaron tras los ciclones prácticamente desaparecieron, pero a las orillas quedaron estancamientos, lo que aprovecharon las mojarras para sobrevivir, mientras otras no tuvieron la misma suerte y empiezan a morir.
Por Jorge Caamal