La mayoría de los hombres de mar de la comunidad ha decido cambiar el rumbo de la captura del molusco debido a su difícil situación económica, por lo que han tirado redes para la captura de peces, a un mes para culminar la temporada.
Pescadores optaron por dejar la captura de pulpo, ya que la cantidad no es la esperada y la inversión es mayor a la estipulada en un principio.
A pesar de que el precio por kilo de pulpo había incrementado, la captura no es suficiente para señalar que es una buena temporada, debido a que las condiciones climatológicas y la depredación han reducido la cantidad de la especie.
Pobladores de la ínsula pidieron a las autoridades establecer una vigilancia permanente para combatir la pesca ilícita; sin embargo, las dependencias gubernamentales hacen caso omiso o los rechazan, bajo el argumento de que no hay recursos para cumplir las demandas.
El habitante Wilberth Segovia dio a conocer la situación que se vive en la ínsula, en donde depredadores utilizan compresoras y trampas de plástico para extraer el molusco, lo cual es una práctica ilegal, pero su llamado fue ignorado.
Esto ha provocado que los ribereños prefieran tirar sus redes y no internarse a las aguas del Golfo de México para realizar el “careteo”, principalmente porque la captura de otros peces es una actividad más sostenible y con mejores dividendos.
Por Jorge Aké