XCACOCH, Hecelchakán, Cam., 17 de febrero.- Luego de concluir la sagrada misa que ofició el presbítero Kim Ji Min Jaime, en la parroquia de la comunidad, el santo patrono San José Sánchez del Río fue paseado en procesión por las principales calles, en el marco de su fiesta anual, que cada año cobra más auge por parte de la comunidad católica.
Desde días atrás los organizadores de la comunidad como todos los años se organizaron para llevar a cabo una serie de actividades que fueron desde novenarios que iniciaron el pasado lunes 10 y concluyeron este domingo, dedicados al patrono San José Sánchez del Río y al celebrarse éste día un aniversario más de este santo, el presbítero Kim Ji Min Jaime, al celebrar la misa en honor a la imagen se refirió a su vida.
El santo patrono San José Sánchez del Río nació el 28 de marzo de 1913, en Sahuayo de Morelos, Michoacán. Asistió a la escuela y vivió en el centro de Sahuayo, siendo de las mejores familias. Se integró a las vanguardias del grupo local de la ACJM en Sahuayo, y posteriormente en Guadalajara, Jalisco.
Cuando estalló la Guerra Cristera en 1926, sus hermanos se unieron a las fuerzas cristeras, pero su madre no le permitió unirse. El general Prudencio Mendoza, también rechazó que se enlistara. El niño insistió que quería tener la oportunidad de participar en el conflicto.
Las palabras que convencieron a su madre para que lo dejasen ir fueron las siguientes: “Nunca ha sido tan fácil ganarse el cielo como ahora”. Durante una lucha muy dura el 6 de febrero de 1928, el caballo del general Luis Guisar Morfín fue impactado por los proyectiles enemigos. José le dio el suyo diciéndole: “Mi general, aquí está mi caballo. Sálvese usted, aunque a mí me maten. Yo no hago falta y usted sí”.
Por lo que en dicha comunidad, se venera la imagen de San José Sánchez del Río y los habitantes acostumbran celebrar actividades profanas y desde luego la religiosa.
Sin embargo, los colindantes de la populosa comunidad no dejaron pasar desapercibido el domingo la fiesta patronal al participar con la alborada, la misa y la procesión por las principales calles, con cánticos, música y voladores que dieron el toque especial a los festejos que llegaron a su fin con el concurrido paseo.
Después del paseo, los ciudadanos organizaron el último novenario en la que hubo de todo y hasta los habitantes de otros suburbios se dieron cita como parte de las costumbres y tradiciones que aún perdura entre los habitantes de la comunidad de Xcacoch.
(José Manrique Euán Martín)