Campeche

El defensor de derechos humanos, Tomas Tello Collí, consideró adecuada la supervisión de las condiciones en que se encuentran los Centros de Internamiento para Menores Infractores de Kila, Lerma, para evitar que se vuelvan “escuelas del crimen”, como ocurre con los Centros de Readaptación Social, por lo que exigió investigar la probable corrupción que impera en estos lugares.

Como se recuerda, ayer se informó del operativo ejecutado por la Policía Estatal en el Centro de Seguimiento y Supervisión de Medidas de Sanción Privativas de Libertad en Kila, Lerma, antes preceptoría de menores infractores, donde se decomisó marihuana, grapas de cocaína y una variedad de armas punzocortantes.

Los vecinos del lugar y visitantes, en diversas ocasiones, han señalado irregularidades, además de que presuntamente varios de los internos son utilizados para cometer robos y dejados en libertad una vez de cumplir con ciertos tratamientos.

Al respecto, el defensor de los derechos humanos recordó que ellos son los primeros en velar por que exista la total garantía hacia los menores; sin embargo, los actos de corrupción en cualquier área merecen ser sancionados y es precisamente por lo que, este tipo de irregularidades dentro de estas instalaciones, deben ser investigadas.

Además, se pronunció a favor de este tipo de operativos, porque “es necesario que el Estado ponga más cuidado en el tipo de implementación hacia estas personas, sobre todo porque los internos de estos lugares, son menores de edad, y por lo tanto pertenecen a un tipo vulnerable”.

Además, advirtió que “normalmente se escucha que las cárceles son universidades del crimen, sería desastroso para el sistema penal que los centros de atención a jóvenes que por la corrupción estén inmersos en situaciones lamentables, porque no sabemos si son culpables o no, en una situación de un delito y nadie quiere que este tipo de centros empiecen a ser unas pequeñas escuelas o universidades del crimen.”

Exigió que la vigilancia sea con mayor atención, “como debe ser en cualquier centro de rehabilitación donde se procure los derechos humanos de los internos con mayor razón en el caso de que son menores de edad, no pueden estar sin vigilancia”.

La sorpresa en los operativos de revisión, consideró una acción que debe redundar en los alcances de la misma, ya que se busca conocer, si hay alguna situación de complicidad o de corrupción dentro de esos mismos centros.

“Independientemente de la periodicidad con que se lleven a cabo, lo fundamental es el elemento sorpresa de estos operativos para mayor eficiencia”.

Es bueno que “no se les avisa ni al mismo personal que labora allá y de alguna manera van dando las pautas en donde pudieran estar fallando alguien de la institución, o alguien no está cumpliendo con su obligación, para que haya droga y armas, las cuales provienen del exterior”.

Significó que la vigilancia y la seguridad, “y tratándose de menores la atención debe ser mayor, más delicada, fina, exhausta y más integral, porque no sería nada deseable que desde esas pequeñas edades, o juventudes esos centros sirvan para que se pierdan aún más”, agregó.

(Wilbert Casanova Villamonte)