PALIZADA, Campeche.- Palizada cumplió su aniversario 170 de haber recibido el nombramiento de Villa por parte del Congreso del Estado de Yucatán y cuando se pertenecía aun al Partido del Carmen, expresó el historiador y cronista, José Jesus Espinosa Mateo, quien dijo que esa época fue una de las más prosperas que se han tenido desde su fundación hace 248 años y que sus casas se empezaron a cubrir de teja francesa.
Debido a la pandemia de Covid-19 no pudo haber ningún festejo para recordar este importante fecha, como las muchas que ha tenido el hoy día Pueblo Mágico, y que a lo largo de su historia ha vivido una serie de contrastes; algunos de ellos de gran bonanza, como las que pasaba en su momento al ser decretada como Villa.
Indicó que fue Don Miguel Barbachano, Gobernador Constitucional del Estado de Yucatán, quien envió un decreto al Congreso del Estado, donde en su primer artículo hacia saber que se erigía en Villa al pueblo de Palizada del Partido del Carmen, un 21 de mayo de 1850.
En su artículo segundo señalaba en forma textual “el Gobierno dispondrá que se verifique a la mayor posible brevedad, la elección de su Ayuntamiento que se compondrá de dos alcaldes, 4 regidores y un síndico procurador”, elección que también determinaba se llevara a efecto el tercer domingo del mes de junio.
Dijo Espinosa Mateo, que fue de esa manera como se concretó que Palizada se convirtiera en Villa, y continuara con su desarrollo económico importante y que estaba basado principalmente en lo que era la explotación del palo de tinto que era llevado al viejo continente europeo.
Es de ahí donde esta gran cantidad de teja de barro, pizarra y teja belga procedente de Europa empezó a cubrir la techumbre de toda esta zona y sustituir el huano y con ello también se acabaron los grandes incendios que se tenían cada año, sobre todo en las ferias de agosto cuando se quemaba mucha pólvora con los voladores.
Expresó el historiador que a la par también se incrementó la ganadería y se empezó a sembrar la caña de azúcar que origino la aparición de un gran cantidad de trapiches para extraer el jugo y obtener la panela para producir azúcar y destilar aguardiente, convirtiendo todo esto en un jugoso negocio y que permitió una bonanza total de todos sus habitantes.
(Texto y foto: Julio Gutiérrez)