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Campeche

Se ilumina Kinich Ahau

El Dios Sol maya descenderá este 3 de mayo, como todos los años en el templo de Kinich Ahau, en la zona arqueológica de Kankí en Tenabo, pero en esta ocasión no habrá visitantes para disfrutar de este fenómeno arqueoastronómico.

La pandemia del COVID-19 propició que las personas permanezcan en sus viviendas y en este mayo es considerado el mes más crítico cuando se disparen los contagios si no se acatan las medidas preventivas emitidas por la Secretaría de Salud.

El descubrimiento del arqueólogo Florentino García Cruz, luego de la difusión que se le ha dado a este hallazgo, aumentó las visitas a esta zona arqueológica, ya que durante los 365 días no supera los 100 visitantes ese sitio.

El arqueólogo, en su texto, recuerda “en marzo  de 1998 decidí iniciar en Kankí una serie de observaciones arqueoastronómicas relacionadas con el Sol, las cuales duraron 3 años finalizando en el año 2000”.

Este descubrimiento lo presentó por vez primera en el XI Encuentro Internacional: Los Investigadores de la Cultura Maya, en la Universidad Autónoma de Campeche.

Allá expuso que “en el sitio arqueológico de Kankí, existe una alineación entre los edificios No. 1 y No. 2  con el Sol, los días 1, 2 y 3 de mayo; esto permite que el disco solar se pose en las cuencas vacías de los ojos de un mascarón situado en la crestería de la Estructura No. 2 o Templo de Kinich Ahau, siendo esto visible desde la estructura No. 1”.

Señala que el efecto que genera lo llamó: “el Cielo Estrellado, porque hacia el mediodía cuando el sol se posa exactamente sobre el edificio esta moldura que vemos arriba produce una sombra y todas las lajas salientes quedan inclinadas, las cuales gradualmente se van apagando y van formando un efecto como de estrellas”.

Y es visible durante los equinoccios, “porque el sol se va hacia el norte y ya no lo vamos a ver”.

Del edificio de Kinich Ahau, detalla que se tiene crestería, “la cual tiene unos 12 o 15 metros y unos tres metros de altura. En la crestería tenemos otra serie de elementos celestes, vemos un mascarón central que es el Dios Sol”.

Y explica que “el Dios Sol en el periodo clásico de la cultura maya lo representan por una deidad, una persona anciana, con grandes ojos ovalados o rectangulares. Dientes limados en forma de T y una especie de barbilla que le sale de la comisura de la boca. Una nariz aguileña y sobre todo estrabismo”, lo que en lenguaje popular se le denomina bizco.

“En ese mascarón decimos que es de Kinich Ahau porque vemos los grandes ojos ovalados o rectangulares”, apuntó.

El fenómeno arqueastronómico, señala, tarda aproximadamente de 25 minutos a media hora desde el momento en que se posa sobre los ojos hasta el momento en que se oculta el Sol”, aunque aclara que depende de la posición es como se puede observar y en el nivel en que se ubique, de lo contrario no lo podrán ver.

La zona ha tenido acciones de mantenimiento pero aún le falta mucho por reconstruir y exponer. Se lograron avances tras la difusión del fenómeno y el interés de los gobiernos municipales para atraer visitantes con el descubrimiento.

Sin embargo, la falta de recursos, de parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) paralizó el avance que se tenía en la restitución de los edificios

(Wilbert Casanova Villamonte)

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