CALKINI, Cam., 29 de mayo.- Las casas de paja, también conocidas como casitas mayas, cada vez son menos, con el paso del tiempo se van deteriorando y la autoridad encargada del rescate de este tipo de estructuras no hace nada para rescatar esta importante cultura y costumbre que tenían los ancestros de construir sus viviendas. Al parecer, les interesa más la preservación colonial.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) debe avocarse al rescate de la cultura maya, pero lamentablemente pareciera no importarle las obras de los ancestros indígenas y sus construcciones como las casas de paja con techos de palma de guano.
El INAH se ha dedicado más bien al rescate de lo colonial, pero no de la verdadera historia que encierra a la zona, puesto que en la cabecera municipal tienden a desaparecer estas casitas mayas y que únicamente quedan algunas en diferentes comunidades que están siendo destruidas.
Como se sabe, la vivienda maya es una casa tradicional de los campesinos, quienes en su momento la denominaron casa de paja, construida con materiales y recursos de la zona como palos, yerba y palma.
Usualmente tenían forma ovalada con paredes planas y dos medios círculos a los costados, carecían de ventanas y únicamente tenían dos puertas y que se convertían en una sola habitación para los pobladores.
A la fecha este tipo de casas siguen dependiendo de los recursos vegetales que existen en la zona y que cada vez son menores, a pesar de que son la verdadera cultura de los ancestros mayas que usaban el zacate y la tierra roja conocida como cancab, siendo mezcladas para hacer las paredes junto con maderas delgadas conocidas como pak lu’um o koloojche.
Actualmente construir o reparar una de estas viviendas se torna difícil, porque el uso de los materiales o vegetales tienen que estar autorizados por la Profepa, pero nadie hace nada por impulsar el rescate de esta tradición milenaria.
(Jorge Aké Gutiérrez)