Tras el paso de las tormentas tropicales “Amanda” y “Cristóbal”, gracias a la fotografía aérea se pudo visualizar la magnitud de las afectaciones causadas por las recientes lluvias e inundaciones a las actividades agropecuarias, infraestructura caminera y urbana.
El material audiovisual fue abundante, sin embargo en esta ocasión las fotos y vídeos que más llamaron la atención fueron las tomas aéreas de los inundados complejos agrícolas de Hopelchén, en donde desde hace apenas unos lustros se practica un modelo de producción agrícola nada amigable con la naturaleza, al que liga con la dramática pérdida de cobertura forestal, misma que se calcula en alrededor de 40 mil hectáreas anuales.
Sin embargo, ecologistas como Alejandro Brown Gantús, los responsables del estado de desastre que prevalece en la mayor parte del territorio campechano, no son necesariamente los sistemas ciclónicos, sino el modelo de desarrollo agropecuario adoptado por los productores campechanos, mismo que ha propiciado el deterioro del macizo forestal.
La soya y la deforestación
En menos de 9 años, los municipios de Hopelchén y Hecelchakán, pasaron de jugar un papel marginal a uno de relativa relevancia a nivel nacional en lo que al cultivo intensivo de soya, sorgo y maíz híbrido se refiere. Un éxito digno de ser presumido en informes y foros agropecuarios.
Sin embargo, la relativa bonanza agrícola que enfrenta el estado “ha tenido un costo muy elevado, ya que tiene lugar gracias a la destrucción del patrimonio ecológico de los campechanos”, acusó el ecologista Alexandro Brown Gantús, responsable del Parque Ecológico de Campeche.
“Las inundaciones y los sistemas ciclónicos son dos fenómenos que están estrechamente ligados y responden al cambio climático.
“No es ninguna casualidad que las inundaciones más graves hayan tenido lugar en Hopelchén, municipio que registra la mayor tasa de deforestación a nivel estatal y nacional.
“La enseñanza que nos dejaron “Amanda” y “Cristóbal” es que debemos abandonar los modelos nocivos de desarrollo económico, como lo es la ampliación de la frontera agrícola en base a la destrucción de la selva”, expuso Brown Gantús.
Consideró el representante en México de Mohawk College de Canadá que lamentablemente no ha habido una reacción consciente por parte del Gobierno, de tal forma que poco o nada es lo que se hace para frenar la deforestación y la sobreexplotación de recursos invaluables como el agua.
Municipio deforestado
Aquí hay que aclarar algo. El escenario de desastre que mostró Campeche a nivel nacional e internacional, no lo provocó el clima, lo provocamos nosotros, pero sobre todo el Gobierno al promover el cultivo intensivo de granos como la soya.
“Los responsables son los particulares y los funcionarios corruptos que han participado en la deforestación de nuestras selvas y manglares”, acusó el ecologista campechano.
Respecto a la pérdida de la cobertura forestal es necesario mencionar que de acuerdo con Global Forest Watch (GFW)
durante el 2018, Campeche perdió alrededor de 40 mil hectáreas de selvas.
Gracias a la fiebre de la soya, cultivo al que en el 2013 se le dedicaban apenas 2 mil 500 hectáreas pero que actualmente supera las 42 mil, el municipio de Hopelchén vio ampliamente disminuidas sus selvas.
Brown Gantús añade que mientras en otros estados y países se trata de erradicar el cultivo de soya, sobre todo la modificada genéticamente, en Campeche se ha permitido su establecimiento, con graves consecuencias para actividades como la apicultura.
“Pero no solamente se daña a la apicultura como actividad económica, sino que se ha comprobado que para el cultivo de soya transgénica es necesario el uso de agroquímicos que propician la muerte de las abejas y una gran variedad de insectos.
“Nuestro modelo de producción agrícola debe modificarse y pasar a uno sustentable, que procure un equilibrio con el ecosistema, en el que predomine el uso de insecticidas y fungicidas 100% orgánicos”, opinó.
Lo peor está por venir “Para los gobiernos de todos los niveles y los políticos suspirantes las declaratorias de desastre son lo mejor que les puede pasar. Por qué? pues se aprovechan de la ocasión para reportar como siniestradas obras que no hicieron; inflar costos y gastar el dinero en forma discrecional.
“Pero espero que se den cuenta que estamos ante una doble situación de emergencia y lo peor está por venir.
“En Hopelchén, Calakmul y El Carmen tenemos a muchas familias que están viviendo entre el lodo contaminado con los restos de animales muertos.
“Los daños apenas comienzan a ser evaluados y se desconoce a ciencia cierta la magnitud del daño. Por otra parte hay familias que lo perdieron todo y no tienen ni para comer.
“Es cosa de tiempo para que al coronavirus se sumen otras enfermedades oportunistas y entonces podríamos estar ante una crisis humanitaria de gran dimensión. Es urgente que el Gobierno actúe sin demora”, declaró por su parte el líder indígena maya, Filiberto Cu Chan.
Declaró que la inusitada inundación que causó estragos en prácticamente todos los municipios de Campeche, es algo que ya habían advertido los estudiosos del cambio climático y que en Campeche el problema se agudizó “porque prácticamente hemos perdido más del 60 por ciento de nuestras selvas”.
“Nos han estado inculcando la cultura de la soya, grano con el que el pueblo maya no tiene nada que ver, pues nosotros somos los hombres del maíz, pero además vemos que es el propio gobierno quien promueve la deforestación al promover y financiar monocultivos nocivos como la soya transgénica.
“El suelo perdió capacidad para retener el agua porque ya no cuenta con su cobertura forestal.
“Nuestros gobernantes presumen año tras año que somos un estado soyero. Que Hopelchén es un ejemplo a nivel nacional porque produce mucha soya, pero pocas veces nos preguntamos a dónde van a parar los beneficios económicos que genera esa actividad. Por lo pronto los cheneros deben de estar enterados que toda esa riqueza van a parar a bancos extranjeros o está siendo invertida en Sudamérica, lugar hacia donde están emigrando y expandiéndose los menonitas”, expuso el también dirigente sindical.
Inundaciones continuarán
Cu Chan afirmó que los pronósticos hechos por los científicos respecto al cambio climático indican que las inundaciones como las acontecidas a principios de mes serán más frecuentes debido a que “el hombre ya rompió el equilibrio natural”.
El líder maya consideró que sería un gran error si el Gobierno, en vez de atender el origen del problema que es el deterioro del ecosistema, emprende un plan para rescatar o subsanar las pérdidas de los grandes productores de soya y demás granos forrajeros, pues sería lo mismo que financiar o incentivar la deforestación.
Muerte de abejas significa hambruna
El líder indigenista abundó que uno de los más graves daños ocasionados por las inundaciones fue la destrucción de apiarios y la consecuente muerte de abejas y otros insectos polinizadores.
“Los insectos, pero sobre todo los que aportan un servicio elemental a cultivos y a la flora en general, son esenciales para el ecosistema. Si las poblaciones de estos animalitos sufre un desequilibrio, todos resultamos afectados, sobre todo el hombre. La muerte de las abejas siempre ha significado hambruna”, patentizó.
Servicios ambientales
A pesar del panorama adverso que se vislumbra en Campeche, el ecologista Brown Gantús considera que no todo está perdido, pero que el tiempo apremia y por tanto el tema ecológico y cambio climático deben ocupar un espacio preponderante en la agenda gubernamental.
“A pesar de la elevada tasa de deforestación que registra nuestro estado, aún somos poseedores de uno de los pulmones ecológicos más importantes del planeta que es la Reserva de la Biosfera de Calakmul, además de Los Petenes y Laguna de Términos.
“Existen modelos basados en la preservación y el aprovechamiento sustentable que generan más ingresos que el petróleo, me refiero a los servicios ambientales y a los ingresos que se pueden generar o que se están generando por los bonos de carbono.
El ecologista asegura que hay un tema que los últimos gobiernos han evadido. Se trata precisamente de los ingresos que se obtienen por los servicios ambientales que prestan nuestras selvas y manglares.
Subrayó que se estima que los ingresos del país por concepto de servicios ambientales es del orden de los 75 mil millones de dólares al año.
“No es un mito, es una realidad de que nuestro país ha ingresado más dinero a sus arcas por concepto de bonos de carbono, que por la venta de petróleo, pero el gobierno se niega a abordar el tema con la suficiente transferencia”, sentenció.
Joaquín Vargas Aké
Por Redacción Digital Por Esto!