Las mujeres bazaristas que acuden los fines de semana en el Parque Juan Diego de la colonia Renovación I para comercializar diversos artículos, pidieron a las autoridades municipales de Gobernación y Policía Municipal que las dejen trabajar para llevar alimento a sus hijos menores, ya que la mayoría de las que laboran en ese sitio son madres solteras que carecen de empleo.
Diana de Jesús Rojas Martínez mencionó que luego de la situación que vivieron hace 15 días cuando llegaron autoridades municipales y dijeron que los iban a desalojar, no han vuelto para presionarlos, pues tal parece que las autoridades comprendieron que las mujeres que llegan a vender ropas, calzado,y algunos artículos eléctricos usados, dependen de esa actividad para ganar el sustento.
Indicó que lo único que las autoridades hicieron fue pedir que cumplan con las medidas sanitarias, como el uso de gel antibacterial y cubrebocas, así como lavarse las manos de forma frecuente con agua y jabón y guardar la sana distancia, para prevenir el COVID-19.
Eduviges Jiménez Sánchez expresó que las mujeres bazaristas laboran por necesidad, porque la mayoría son madres solteras, y si las autoridades municipales tienen pensado desalojar a las personas, es porque ya deben tener un lugar donde reubicarlas.
Recordó que hace 11 años en la administración municipal de Aracely Escalante Jasso, les otorgaron unos gafetes que les identifica como bazaristas y les aseguraron que en cuanto se construya un mercado en esa zona, los reubicarían.
Julia Marín Mejía señaló hace 15 días les dijeron que iban a ser desalojadas del parque por antimotines, pero las autoridades municipales no han vuelto, y eso les permite realizar sus ventas, aunque los ingresos descendieron considerablemente en comparación de hace cinco meses antes de la pandemia.
“Algunas vendemos entre 300 a 400 pesos los fines de semana y no es nada comparado cuando había buena venta que era de 800 hasta mil pesos, pero tenemos que acudir a nuestras labores para mantener a la familia”, apuntó.
Vianey Chagala Ferrera dijo que las comerciantes merecen respeto, ya que los funcionarios municipales que llegan al parque Juan Diego les dan un trato despectivo cuando desconocen el por qué llegan a vender.
“Cuando inició la pandemia perdí mi trabajo y no me quedó otra opción que acudir a este parque para vender la ropa de bazar para mantener a mis hijos menores, pero los trabajadores del Ayuntamiento muchas veces no entienden de esa situación, e incluso pusieron las vallas para que las camionetas que nos llevan las bolsas de ropa usada no ingresen; entonces, cómo vamos a comprar ropa para vender”, indicó.
Irma del Carmen Velázquez Hernández mencionó que luego de cuatro meses de no acudir al sitio, decidió hacerlo ayer porque necesita dinero para comprar alimento y aseguró que toma las medidas preventivas indicadas por las autoridades sanitarias.
Expresó que desafortunadamente las ventas bajaron mucho, porque hay poco movimiento en el parque ya que mucha gente se sigue cuidando para no contagiarse de COVID-19.
Con información de Fernando Kantún
Por Redacción Digital Por Esto!
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