Los tres pescadores de Nuevo Campechito, Santiago Jesús Jiménez, patrón de la lancha “Rosalbita II”, de la Cooperativa Pesquera “Arana”, y sus compañeros Aurelio Trinidad Martínez y “El Yola”, quienes debían retornar a tierra el pasado 30 de diciembre, no han sido localizados por personal de la Secretaría de Marina (Semar) ni por sus compañeros pescadores que se sumaron a la búsqueda. Se presume que los pescadores naufragaron luego de ser sorprendidos por los fuertes vientos del Frente Frío número 23.
Leonardo Hernández Domínguez, presidente de la Unión de Pescadores Ribereños “Lomas de Román” de la Península de Atasta, dio a conocer que los pescadores salieron a capturar huachinango el pasado 20 de diciembre por la zona de Cayo Arcas, y que posiblemente regresarían al muelle el 30 de diciembre; sin embargo, nunca arribaron, lo que preocupó al presidente de la Cooperativa “Arana” y sus compañeros, quienes de inmediato dieron a viso a la Capitanía de Puerto y a Semar.
Apuntó que ayer la Marina con sus embarcaciones y un helicóptero, así como diversos pescadores de la Península a bordo de tres lanchas, rastrearon el área de Isla Triángulo, frente a Lerma, sin tener éxito, y debido al mal tiempo que continúa por el frente frío número 24, pescadores y autoridades decidieron suspender la búsqueda.
Añadió que si el mal tiempo del frente frío número 23 sorprendió a estos tres hombres, seguramente las fuertes olas y la corriente los arrastró, ya que no hay indicio de ellos.
Los familiares de los tres ribereños desaparecidos se encuentran consternados y empiezan a creer que no los hallarán vivos debido al tiempo que llevan sin aparecer; sin embargo, desean tener sus cuerpos para darles sepultura, para al menos tender dónde depositarles flores.
Dijo que lamentablemente así es la vida del pescador, uno sale de su hogar para ir a la jornada, sin saber si va a retornar con vida.
Aclaró que cuando el mal tiempo sorprende se opta por buscar refugio de inmediato; pero si sucede a mar abierto y no hay lugar seguro cercano, la lancha puede zozobrar y sobrevenir la tragedia. Eso quizás sucedió con los pescadores de Nuevo Campechito.