El socio pionero del Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV) (al ingresar en 1951), Luis Armando Ontiveros Ortega, afirmó que para recuperar el prestigio que tenía ante la sociedad, los taxistas deben comenzar por aclarar los recursos mal ejercidos de las directivas, por lo que exigió auditar la gestión de los últimos secretarios generales.
Con casi 60 años como integrante del Sindicato, como conocen popularmente a la agrupación, subrayó que es indispensable depurar la organización y retomar el espíritu de servicio con que iniciaron los socios fundadores. En entrevista con Por Esto! hizo hincapié en transparentar el destino de los recursos del FUTV ante la presunción de irregulares de los directivos.
Con experiencia en la directiva de los taxistas, ya que fue secretario de Actas y Acuerdos durante 10 años e integrante de la Comisión que constituyó el Fondo de Defunción, que actualmente está sin recursos por el manejo irregular en beneficio de los exsecretarios generales. Por ello, planteó que sólo mediante auditorías financieras es posible esclarecer la forma en que gastaron los montos aportados por los socios durante años.
Con 82 años de edad, calificó de mafia a quienes ocuparon el cargo desde Luis Omar Moreno Martínez, quien del millón y medio de pesos que sustrajo, devolvió 800 mil pesos; luego siguió la gestión de Fernando Martínez Rodríguez, donde de acuerdo con la auditoría de esa fecha, existían dos millones de pesos sin aclarar.
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En el periodo de José del Carmen Beberaje Rodríguez continúo el proceso de arbitrariedades, como aprobar que dieran 250 mil pesos del fondo de defunción; monto que comenzó con 50 mil pesos, subió a 100 mil con Martínez Rodríguez y en la época de Beberaje Rodríguez la cifra ya era de 250 mil. Las irregularidades, afirmó, terminaron por afectar la dirigencia de José Luis Arjona Jiménez.
Los antecedentes
Recordó que el antecedente del FUTV fue la Liga de Choferes en la década de los 40 y cuando el FUTV se integró como organización, Carlos “El Negro” Sansores Pérez (mandatario estatal de 1967 a 1973) donó el terreno en donde actualmente funcionan las oficinas de la agrupación frente al Parque de San Francisco.
Expuso que también hay cuestionamientos de los socios sobre dicho inmueble, ante la presunción de que parte del terreno ya no pertenece al FUTV, aunado a la desaparición de algunos archivos, lo que aumenta la duda y las especulaciones que surgen sobre el predio que todavía poseen. Añadió que el edificio lo restauró el exmandatario estatal Rafael Rodríguez Barrera.
Pese a los logros obtenidos durante años de servicio, Ontiveros Ortega acusó que la mafia que aprovechó el cargo para hacer una verdadera rapiña de las concesiones y los derechos, debería devolver algo a la asociación que aún persiste pese a las irregularidades cometidas.
Enumeró que, durante la gestión de Fernando Martínez Rodríguez, la auditoría que realizó la contadora Ileana Richaud no hubo transparencia sobre el destino de los dos millones de pesos. Sin embargo, ante el adeudo con la profesionista no se concluyó la revisión del ejercicio del gasto en ese periodo sindical.
En el caso de Beberaje Rodríguez, lamentó que haya ocupado la Secretaría General tras el escándalo en el que una persona fuera baleada en una riña de cantina en 1986, en el que al parecer estuvo envuelto. Recordó que de acuerdo con los estatutos del FUTV, cualquier socio que este inmiscuido en hechos de este tipo debe ser dado de baja.
Nunca hubo un proceso de amonestación para retirarlo como socio de la agrupación y posteriormente fue electo secretario general. Además, durante su gestión se registró un conflicto con las autoridades en el que cerraron calles y no se proporcionó el servicio, lo que causó molestia entre la ciudadanía.
Aseguró que también comenzó la venta de las placas, periodo en que se solicitó la entrada de Las Abejitas (como denominaron al grupo de choferes que intentó proporcionar el servicio sin estar afiliados al FUTV, lo que generó enfrentamientos y golpes) y muchos decidieron no incorporarse a la organización.
Sobre la gestión de José Luis Arjona Jiménez, lamentó que los 80 años de la asociación fueran tirados por la “borda” por el mal desempeño del dirigente, aunado a la forma en que rasuraron el padrón de los socios.
Por ello, insistió una vez más en que se requiere una auditoría integral que permita conocer qué ocurrió con los recursos que manejaron estos dirigentes y la pérdida de la confianza ciudadana que deben recuperar.
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JG