La Ley de Amnistía recién aprobada en el Congreso de Campeche representa una oportunidad para abatir la impunidad y también para combatir la sobrepoblación en el interior de los Centros Penitenciarios, sin embargo, los jueces deberán considerar un estudio exhaustivo de cada caso para evitar que entre inocentes se le beneficie a culpables, señaló la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Campeche Esperanza Ortega Azar, mientras que el psicólogo clínico Homero López Capallera, refirió que si bien la nueva ley trae beneficios, también podría generar un aumento en la percepción de inseguridad y trastornos a las víctimas.
Como es sabido el pasado martes 29 de marzo, el Congreso del estado de Campeche aprobó el dictamen relativo a la iniciativa para expedir la Ley de Amnistía del Estado de Campeche, promovida por el diputado Jorge Pérez Falconi, en el cual extingue las acciones penales y las sanciones impuestas respecto de los delitos en favor de personas a las que se les haya ejercitado acción penal, hayan sido procesadas o se les haya dictado sentencia firme ante los tribunales del orden estatal, siempre que no sean reincidentes.
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Para que una persona pueda proceder con su solicitud, deberá haber sido detenido por delito de robo simple, siempre que no amerite pena privativa de la libertad de más de cinco años y exista acuerdo reparatorio en favor de la víctima, misma que la Canacintra ve con buenos ojos, pero que puntualiza, deben ser estudiadas de forma minuciosa.
“No es que no apoyemos, sabemos que hay sobrepoblación, en la mayoría de casos hay inocentes por delitos menores, pero tenemos reincidentes, pero no se puede aplicar la ley y por los mismos delitos, no estamos en contra”, señaló la presidenta de la Canacintra, quien también dijo que del 2013 al 2018 impugnaron para que se modificara el código penal en este mismo tema, para evitar sobrepoblación y la puerta giratoria.
Pese a ello, significó que los candados en la reincidencia son los adecuados ya que se tienen registros de que algunas personas han buscado en el robo menor, un “modus vivendi” porque saben que no son procesados con delitos graves, ya que los montos sustraídos son menores a los 120 mil pesos.
Por su parte el psicólogo clínico Homero López Capallera señaló que la iniciativa no está mal siempre y cuando se considere el grado del delito, ya que algunas personas roban porque no tienen para comer y otros por ociosidad o para alimentar un vicio.
No obstante, señaló que ambos casos “si puede generar en la población en general sensación de inseguridad e indefensión porque significa que puedes cometer un acto ilegal como robo y vas a recibir perdón y puede no haber una sanción”, además de que, en el caso de un robo con violencia, a las víctimas les “generan mayor gravedad a la sintomatología; principalmente el síndrome de estrés post traumático”.
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CC