Algunos pescadores ribereños acostumbran a realizar la captura de escama en el Arroyo de la Caleta, cuando pasa el mal tiempo, a pesar de que ese cuerpo de agua se encuentra contaminado, por las descargas de aguas negras de viviendas, hoteles y empresas que tienen conectadas sus sistemas de drenaje al arroyo. Pescadores como, Martín Pérez López y acompañantes, quienes realizaban ayer sus actividades de pesquería indicaron que, el mal tiempo hace que ingresen especies de escama al arroyo, por ello, cuando pasa la tempestad tienden las mallas de pescar y atrapan desde robalo hasta lisetas.
Indicó que, como pescadores ribereños de hace varios años saben que cuando pasa un norte, o los efectos de alguna tormenta, entran los cardúmenes de peces al arroyo de la Caleta, y tiene que buscar el sitio donde se encuentran para poder las capturar.
Hay que mencionar que el mes pasado, el ambientalista Marco Antonio Rodríguez, de Red Manglar México, señaló que, la Caleta muere tristemente asfixiada por residuales urbanos, plásticos y de todo tipo, que los ciudadanos arrojan en su cauce, pero sobre todo, agoniza por la indiferencia, la falta de cariño, amor, respeto y gratitud, entre otros defectos humanos.
Que la Caleta vive y respira cada día, a través del flujo y reflujo de sus aguas, como producto de las mareas; durante el flujo acuoso salado, introduce al ecosistema llamado lagunar estuarino, oxígeno y nutrientes marinos, para ser vertidas en lagunas interiores de agua dulce llamadas lagunas de amortiguamiento, muy ricas en Zooplancton y Fitoplancton, aguas que al mezclarse, se potencializan y se hacen muy ricas en nutrientes diversos, que a las pocas horas de haber llegado, inician a través del reflujo, su retorno al origen, y lleva abundantes nutrientes para continuar una dinámica, de flujo y reflujo transformador de vidas.
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Por ello, cuando existen crecientes el agua de mar ingresa al Arroyo de la Caleta, la corriente arrastra especies de escama que permanecen en al agua de citado arroyo, sin embargo, la contaminación puede ser un factor que ocasione daños a la salud de las personas que consuman las especies que se capturan en ese cuerpo de agua.
Sin embargo, para los pescadores es, una oportunidad para realizar sus actividades pesqueras y comercializar el producto que obtienen en el arroyo, como el caso de Pérez López, quienes venden las lisetas a 70 pesos el kilo a los mismos vecinos del lugar.
Pérez López añadió que en ese lugar obtuvieron pesca regular en que cada uno de los cuatro tripulantes de la lancha ganaron 300 pesos, un jornal que no fue nada mal para ellos, además del pescado que llevaron a su hogar para la alimentación de la familia.
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ASC