La ciudad de San Francisco de Campeche cuenta con seis Mercados Periféricos y uno principal que luchan cada día contra el comercio informal, supermercados de grande y mediano tamaño, y con las tiendas de conveniencia, aunado a los impuestos, la falta de demanda de productos y la parte más precaria, las condiciones insalubres e infraestructura obsoleta donde los comerciantes desempeñan su labor con cierto temor de pedir atención a las autoridades municipales, que en los últimos nueve años han prometido remodelaciones que hasta el momento no se han realizado.
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Un ejemplo es el Mercadito de Concordia que cada vez luce más vacío, de más de 40 locales apenas 10 abren durante la semana, con todo y lo que significan las pocas ventas, pagos de servicios y baja demanda ciudadana, los locatarios acuden a trabajar para que el lugar “no muera”.
Los mercados periféricos son el Venustiano Carranza en la colonia Morelos, el de Ciudad Concordia, en Fidel Velázquez, en los barrios de San Román y San Francisco, y el Mercadito Ejidal sobre las inmediaciones de Santa Ana. Además, existe el Mercado Principal “Pedro Sáinz de Baranda” que es el más concurrido, pero con un edificio “demasiado viejo para los tiempos en que vivimos”, coincidieron algunos comerciantes.
Perdieron interés
Cada centro de abasto evidencia el paso de los años en su edificio, además de la disminución de puestos activos y la poca variedad de productos, pues sobreviven apenas quienes tienen ventas de alimentos para preparar en casa o “antojitos”. “¿Usted cree que la gente quiere comprar aquí? Afuera se vende más económico porque no pagan impuestos, nosotros vendemos un panucho en 14 pesos y en el parque está a siete, por eso no tenemos descanso e incluso aprovechamos hasta los días festivos para laborar”, lamentó la señora Dolores Cantú desde el Mercado de Concordia.
Por su parte, Luis Landero indicó que los ambulantes y demás comercios fuera de la ley afectan sus ventas, por lo cual resaltó que ellos también deben ser atraídos a los Mercados Periféricos para dar vida a los espacios cerrados y de esta forma reducir la informalidad. “Aquí en la Fidel Velázquez el tema es delicado, la basura comercial nos afecta de forma directa, antes costaba 100 pesos el pago del servicio y ya subió hasta los 500, por lo cual algunos mejor prefieren llevársela a otros puntos de la ciudad para desecharla y ahorrarse el gasto”, recordó Patricio Canché.
En palabras de otras comerciantes de la zona, la imagen de los mercaditos tampoco ayuda, pues el deterioro, la falta de mantenimiento y otras necesidades no atraen a la gente, algunos prefieren tiendas de conveniencia o los famosos “Dunosusas” porque -aseguró- “se ven mejor”.
Otros
En el Mercado “Pedro Sáinz de Baranda”, inaugurado en el año 1964, los comerciantes limitaron sus palabras al mencionar “para qué hablamos, ya vienen las elecciones y de nuevo nos prometerán remodelaciones, atenciones en la necesidad de la central de abastos, lo cual no pasará”, advirtieron que temen decir cosas que puedan hacer enojar a otros y prefieren “llevar la fiesta en paz”.
Algunos inclusive recordaron que cada tres años los alcaldes y candidatos de Morena, Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano prometen mejoras y remodelación, pero “nadie cumple”. La situación no es diferente en los mercados de Morelos, San Román y San Francisco, donde los comerciantes señalan poca atención. Cabe recordar que, el “Pedro Sáinz de Baranda” suplió al demolido mercado antiguo “Siete de agosto” que estaba instalado a un costado del actual edificio del PRI Estatal.
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LV