De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Adicciones, en Campeche existen 89 mil fumadores y aunque el 62.7 por ciento han intentado dejar de fumar, sólo el 7.8 por ciento de ellos recibió farmacoterapia, en tanto que el Sistema de Atención a Niños, Niñas y Adolescentes Farmacodependientes (Sannafarm) señala que esta práctica inicia desde los 12 años de edad por factores como la curiosidad, normalización del consumo de tabaco entre la familia y la búsqueda de aceptación en el ámbito social.
Datos de la Secretaría de Salud Federal destacan que los componentes en el humo de tabaco producen enfermedades como la isquémica del corazón, pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cerebrovasculares, diabetes, cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer como el de próstata y de mama.
Además de que la exposición al humo de tabaco produce daños similares que a un fumador, y en lo que respecta a las personas embarazadas adictas al tabaco, tienen el riesgo de sufrir un aborto espontáneo, parto prematuro o que su bebé nazca con bajo peso.
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El 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, una efeméride promulgada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1987, con el objetivo de informar y concienciar a las personas sobre los efectos nocivos y letales del consumo de tabaco y de la exposición pasiva al humo de esta sustancia.
El titular del Consejo Estatal contra las Adicciones, José Luis Reyes Farfán, informó que se tiene un registro de más de 40 mil muertes al año relacionadas con el consumo de tabaco, mismo que se combinan con otras sustancias nocivas para la salud.
Expuso que los fallecimientos asociados al tabaco son indirectos, es decir, por enfermedades en las que fumar representa un factor de riesgo, entre ellas, el cáncer de mama, cáncer de faringe, además de comorbilidades como la diabetes e hipertensión.
Por su parte, la directora general del Sannafarm “Vida Nueva”, Neyda del Carmen Sosa Cauich, expuso que en la mayoría de los casos que se atienden, incluidos los relacionados con problemas de salud mental, las personas iniciaron con el consumo de tabaco y alcohol como una forma de mantenerse tranquilo, pero una vez que la situación escapa de su control, entonces pasan a otro tipo de productos.
“Lo que siempre nos han manifestado y lo que se ha visto en todos los casos que llegan es que siempre ha habido consumo de tabaco, consumo de alcohol y de ahí a lo demás”, mencionó, para luego añadir que aunque no se han detectado muchos casos en los planteles escolares, la edad es cada vez más temprana porque algunos empiezan desde la secundaria.
Agregó que generalmente los jóvenes inician por la curiosidad de saber qué se siente, por querer ser aceptado en el círculo social y a veces no toman en cuenta que por la edad que tienen son más vulnerables que cualquier otra persona. A esto se suma el que los adultos han normalizado fumar en eventos sociales, donde incluso llevan a sus hijos y estos observan esta práctica.
“Pasando al periodo de lo que es la secundaria es donde más se pueden dar casos de este tipo de situaciones por curiosidad, por normalización de padres, madres o la familia o bien, por ser aceptados en un grupo de amigos”, expresó.
David Ruiz probó el cigarro a los 12 años ante la curiosidad que le causaba observar que su bisabuelo y su abuelo fumaban, sin embargo, fue hasta los 15 años cuando inició el consumo diario de uno y al cumplir los 18 ya fumaba una cajetilla al día.
“Desde muy chico veía que fumaban, entonces yo quería saber si estaba bueno, así que lo llegué a probar; de hecho, cuando era niño una vez me pegaron porque me encontraron intentando prender una colilla de cigarro e incluso, una vez casi quemo mi casa porque agarraba unos macarrones para fingir que eran cigarros y quemamos una ropa”, relató.
En varias ocasiones ha intentado dejar de fumar debido a su actividad artística, ya que realiza teatro y canto, así como por cuestiones de salud, sin embargo, lo ha logrado por algunos meses, pero recae, principalmente cuando consume bebidas alcohólicas de forma social, aunque agregó que ha reducido la cantidad.
“No soy de fumar demasiado porque luego sí me causa problemas respiratorios, precisamente cuando me dio COVID dejé de fumar los 40 días y después cuando volví a hacerlo, el sabor del cigarro me supo horrible, además de que me dio dolor de pecho, así que lo suspendí, pero después volví a fumar y como vi que no me pasaba nada, lo seguí haciendo. Pero sí es difícil dejar el tabaco, incluso más que la marihuana”, relató.
La citada Encuesta Nacional de Adicciones señala que en Campeche existen 89 mil fumadores de 12 a 65 años, de los que 6 mil son adolescentes y 83 mil adultos, con un promedio de edad de 20 años al iniciar del consumo diario de tabaco.
Mientras que en lo que respecta al género, 18 mil son fumadoras mujeres y 71 mil hombres, pero del total de la población consumidora, 17 mil llevan a cabo está práctica diariamente y 72 mil expuso hacerlo de manera ocasional.
En tanto que el 78.3 por ciento de los fumadores dijeron estar interesados en dejar de fumar, el 62.7 por ciento intentó dejarlo y sólo el 7.8 por ciento de ellos recibió farmacoterapia.
Eugenio Durán lleva cerca de 25 años sin fumar y aunque en un principio le costó trabajo dejarlo, era necesario debido a que fue diagnosticado con diabetes, así que fumar ponía su vida en un mayor riesgo debido a que la insulina ayuda a que el azúcar en la sangre entre a las células, pero la nicotina cambia las células haciendo que no respondan a la insulina y esto aumenta los niveles de azúcar en la sangre.
Por su parte, su hijo Francisco, de 34 años, también fuma, inició desde los 16 años por curiosidad y aunque se dijo consciente de los problemas de salud que puede provocar el tabaco, no ha podido dejarlo por completo, aunque ha reducido el consumo de una cajetilla al día a uno o dos cigarros de forma ocasional cuando tiene alguna preocupación o mucha carga de trabajo.
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LV