Jherson, de apenas 16 años de edad, fue uno de los sobrevivientes del mortal encontronazo en la carretera Escárcega-Villahermosa. Isamari, su madre, relató a Por Esto! que el jovencito la fue a visitar unos días a Playa del Carmen y regresaba a Tabasco, donde vive con su abuelita, para continuar sus estudios en el Conalep, ya que el lunes inicia su nuevo semestre.
Visiblemente conmocionada, narró que cuando lo fue a dejar al paradero de autobuses, una vecina de nombre Guadalupe, que también viajaría a Tabasco, le dijo que no se preocupara por él ya que ella lo cuidaría y acompañaría; ella iba en el asiento 20 y el joven en el 45, hasta la parte de atrás, lo que a la larga le salvaría la vida, aunque su vecina lamentablemente falleció.
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Tras dejarlo en la terminal, a los pocos minutos Jherson le indicó que ya había abordado el camión y muy pronto iniciaría el viaje de vuelta a la escuela y con su abuela, que lo cuida, mientras su madre trabaja en Playa del Carmen y le envía dinero para sus gastos. A las 10 de la noche del viernes, su madre le escribió preguntando cómo iba el viaje y el joven le respondió que estaba bien. Sin embargo, durante la madrugada del sábado, los mensajes le dejaron de llegar.
Más tarde, la abuela del adolescente le notificó a su madre que le habían llamado de un número desconocido pidiendo que se comunicara de inmediato y, al marcar, era su hijo, quien le hablaba desde el celular de un lugareño que se lo prestó cuando fue a brindar ayuda junto con más vecinos.
Una pesadilla
A través de una videollamada, el muchacho narró en tiempo real lo que ocurría al incendiarse el autobús, embestido por un tráiler; su voz desesperada y el fuego angustiaron a la mujer, quien afirma que su hijo gritaba: “mamá, chocamos, el autobús se está quemando y hay gente que pide auxilio, no puede salir”.
La madre intentó calmarlo, pero el joven seguía gritando impotente, “hay niños de cuatro años, pequeños, gente adentro del autobús pidiendo auxilio. Hay que salvarlos, hay que sacarlos”.
Aunque él resultó lesionado, en medio de su desesperación afirmaba estar bien: “yo estoy bien, mami, pero ellos se murieron, la señora que me acompañaba también falleció”, decía llorando.
Isamari relató que su hijo resultó con quemaduras en un brazo y rostro, pero lo más grave fue el daño psicológico que sufrió, pues al llegar al hospital de Tabasco donde lo atendieron, comenzó a gritar que sacaran a la gente del camión. “Lo atendieron por quemaduras de segundo grado y lo tendrán que atender psicólogos debido al trauma que ahora tiene, ya que en el hospital gritaba ‘¡que los salven, se están quemando!’”, señaló su mamá.
Jherson ahora tendrá que suspender sus estudios para atender sus heridas físicas y emocionales. Isamari estará con su hijo, al menos una semana con licencia laboral, y aunque para cuidarlo de manera permanente le garantizaron apoyo si decide trasladarlo a Playa del Carmen, lo más seguro es que se quede con su abuelita en Comalcalco para no revivir la pesadilla que vivió al atravesar ese tramo obligatorio.
JY