Vecinos del barrio de San Román desde hace varios días fueron alertados por un fuerte olor a descomposición que emanaba de un auto. Sin embargo, creyeron que se trataba de un animal que estaba debajo de la unidad. Descubrieron, sin embargo, que se trataba de un hombre de 41 años que había perecido dentro y que llevaba varios días ahí.
El hecho ocurrió cuando un grupo vecinal del referido barrio se percató de que de un auto compacto de la marca Chevrolet Matiz, aparcado sobre la calle 10b entre circuito Baluartes frente a la concha acústica, emanaba un fuerte olor a descomposición. Hartos, ya que pensaron que podría tratarse de un animal que pudo ser arrastrado por la corriente, decidieron revisar y localizaron el cuerpo de una persona sumado a que el vehículo ya estaba rodeado de moscas.
Esto hizo que den parte al número de emergencias y avisen a la policía. Al sitio llegaron los agentes estatales motorizados quienes, al indagar en el interior, observaron el cuerpo de una persona recostada entre el asiento del conductor y pasajero cuyas características, desde la ventana, lo hacían irreconocible.
Al ser confirmado el macabro hallazgo, el perímetro fue acordonado. Llegaron agentes ministeriales de alto impacto, Guardia Nacional y más efectivos de seguridad. Durante los trabajos periciales no se localizaron indicios de un hecho violento como robo, y al abrir la unidad vieron que la víctima ya estaba en avanzado estado de descomposición.
El cuerpo podrido en ese momento impidió saber cómo había muerto, por lo que el coche junto con el cadáver fue abordado en una grúa para ser llevado a los patios de la Fiscalía General del Estado (FGE). Al paso de los minutos, se supo que la víctima se llamaba Héctor J.P.M., de 41 años, y quien tenía su domicilio a escasos metros del sitio. La causa de muerte fue registrada como paro cardíaco.
JGH