Síguenos

Volver

ÚLTIMA HORA

México

Marcha del 2 de octubre en CDMX se mancha con disturbios y violencia

Volver

Cultura

Ivi May DzibV

Por eso era fácil de pensar que lo del gato no fue un caso aislado. Tú traes algo. Ahora veo qué es.

No te pareces en nada a ella. Cuando la dejé de ver era una niña. Si no viera la culpa en tu rostro dudaría que eres mi hija. Me es imposible creer cómo puede cambiar un rostro. ¿Qué fue lo que te hicieron?

Entonces eres de esas idiotas…

Las marcas en tu cuerpo para mí son nuevas. Cicatrices, tatuajes y perforaciones, ni cuando te tuve en brazos llegué a pensar que terminarías de esa manera.

Usted me confunde con otra persona.

Aún no sé si estamos en confianza, pero déjame decirte que eres una lacra. Aunque no estoy seguro si deberíamos...

No te mereces siquiera una palabra nuestra.

Ey, señora, no hable por mí.

Putas escorias prejuiciosas, como si ustedes no fueran como yo. Te propongo algo: sigamos grabando y que ella se quede para que vea que lo que hice no fue en vano.

No tienes forma de demostrar eso. Este video no servirá de nada si después de muertos exhiben tus trapitos al sol.

Entonces grabamos el video, lo viralizamos y nos vamos.

Nunca nos vamos a poder ir.

Por qué.

Aquí nacimos, sabemos cómo irnos, legal e ilegalmente, pero eso no significa nada, de todos modos nos van a encontrar y nuestro juicio jugará en nuestra contra, así que mejor nos quedamos.

Así pensamos todos.

Algunos dicen que ese es el problema.

Que nos quedamos a mirar las cosas de frente en vez de huir.

Tu padre cuando te vio por primera vez pensó que nunca había sido tan feliz. Y me dijo que iba a procurar que esa sonrisa tuya no desapareciera de tu rostro. Pero la que desapareció fue su sonrisa. No estoy segura si tú tienes todavía su sangre en tu piel y huesos. Pero te aseguro que no hubiera querido verte con tanto odio.

Me va a disculpar señora, pero yo sí conocí a mi padre y lo vi reír hasta que una bala le atravesó el corazón.

Interesante, así que ya empezamos a hablar más de ti. ¿Cuándo pasó eso?

No lo sé ¿pasó?

Si no sentías repulsión por la sonrisa de tu padre, por qué privaste a tus hijos de darle sonrisas a su padre.

Porque a esa porquería de hombre no se le podía llamar padre. No tienes ni idea de lo que hizo.

No hizo nada, iba a trabajar y regresaba a casa, a veces dormía hasta tarde y no te ayudaba en casa porque llegaba cansado de trabajar, prever produce cansancio, deberías de saberlo.

Un día ya no regresó, había que hacer algo.

Esto se está yendo hacia otro lugar, debo de decirle señora que se equivocó de encuentro. Esta no es su hija, después del tiempo que llevamos haciendo esto, puedo asegurarle que no es ella. Hay tantas mujeres haciendo lo mismo que no puede estar segura que esta es.

Continuará.

[email protected]

SIGUIENTE NOTICIA

Quintana Roo

Ciudadanos de Huay Max piden nuevas elecciones.