Ivi May DzibApuntes de un escribidor
Seguro que muchos tuvieron el sueño de que AMLO entraría a la presidencia para meter a la cárcel a todos los prianistas que, aprovechándose del poder, se enriquecieron gracias a los abusos y robos descarados que cometieron. Todo esto a costa de la salud, la educación, la seguridad y la calidad de los servicios básicos de la ciudadanía, porque si de una cosa estamos seguros es de que la arrasante victoria de Andrés Manuel se debió al hartazgo generalizado que como ciudadanos tenemos de los políticos que no dudaron en mostrar su voracidad con el dinero del erario. El día a día del gobierno de Peña Nieto tenía que ver con el descubrimiento y encubrimiento de desvíos millonarios por parte de los gobernadores y de las secretarías de Estado, al grado que, oír que andaban perdidos por ahí miles de millones de pesos a algunos les empezaba a dar igual, porque no podían imaginar que alguien tuviera acceso a esa cantidad. De ahí que se pensó que una de las apuestas sería castigar la corrupción, hacer a un lado la impunidad, pero según las últimas declaraciones del Presidente electo nos quedaremos con las ganas.
El caso de Rosario Robles es que el que causa más ruido; la supuesta militante de izquierda no dudó aliarse a EPN y ser una pieza fundamental en su gobierno, teniendo a su cargo la Sedesol donde las irregularidades resaltan más que en ninguna otra secretaría, como se sabe esa dependencia es la que más se utiliza para la compra de votos que favorezcan al partido en el poder, pero lo que llama la atención es que no solo sirvió para eso, sino también para hacer fraudes mayúsculos, ahora se descubren otros desvíos por parte de Robles, el desvío de recursos públicos que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) documentó ocurrieron tanto en la Secretaría de Desarrollo Social como en la de Desarrollo Territorial y Urbano durante la gestión de Robles. La cantidad es obscena y la actitud de negación y hasta acusatoria de Robles para quien le cuestiona sobre el tema es cínica, es obvia la molestia de los ciudadanos ante esta seguridad de permanecer impune, aunque falta algo para que se caldeen aún más los ánimos: la declaración del presidente electo que la considera un chivo expiatorio y parece que la exime de culpa.
La estafa maestra quedará impune porque, supuestamente, esta fue orquestada por la mafia del poder de la cual Robles es solo un peón y AMLO asegura que los medios solo están haciendo un circo para llevar a Robles al patíbulo, bajo ese argumento Duarte, los demás gobernadores y todos los funcionarios públicos que saquearon el erario y se enriquecieron de manera ilícita solo tienen la culpa de ser peones y no serán perseguidos. Los miles y millones de millones que sirvieron para darle uso personal y no para brindar lo necesario a la ciudadanía pueden seguirse quedando en los bolsillos de los corruptos, es su indemnización por haber sido utilizados por la mafia del poder, porque a partir de ahora borrón y cuenta nueva.
Esta actitud en vez de conciliar dividirá aún más a la sociedad, porque la unión en las elecciones del pasado 2 de julio se dio gracias a la creencia de que habría un México más justo y nada más injusto que ver a los políticos corruptos libres y disfrutando del dinero mal habido, mientras que la población tendrá que trabajar de sol a sol para poder pagar todo eso que se han robado. Eso de que no encerrará a ningún famoso al parecer nos advierte que no esperemos que los de arriba paguen por sus crímenes y nos deja la incógnita de si no tendremos una dosis de más con lo mismo.
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