“La educación es como el mar, sólo se ve el principio, mas nunca el final”.(Anónimo)
Tengo 21 años, soy oriunda de Sotuta, actualmente estudio la Licenciatura en Educación Indígena (LEPEPMI 90) en la Universidad Pedagógica Nacional, ya que una de mis grandes pasiones es enseñar. Desde muy pequeña me ha llamado la atención el estudio, me gusta aprender cosas nuevas para aplicarlas en mi vida cotidiana o simplemente para ayudar a los demás. Como estudiante en reiteradas ocasiones destaqué en actividades académicas como concursos de lectura y escritura y he sobresalido por tener uno de los mejores promedios, así como en actividades culturales como concursos de escolta, hanal pixán y bailes escolares.
A lo largo de mi desarrollo académico, cognitivo e intelectual he adquirido la conciencia de que la educación es una de las herramientas más importantes que tenemos como sociedad con la que podemos transformar, si bien no todo el mundo, tal vez una pequeña parte de éste. Es por eso que cursando la educación primaria me interesé por la educación, puesto que al ver todas las actividades que realizaban mis maestros como parte de su rol me causaba cierto tipo de admiración. Eso fue lo que me llevó a tomar la decisión, desde muy temprana edad, de estudiar una carrera para ser Licenciada en Educación Primaria con la motivación de poder inculcar conocimientos a los niños, mismos que son el presente y futuro de nuestro país.
Ahora estando involucrada en el aspecto educacional tengo otra perspectiva acerca de lo que es la educación, puesto que no sólo se trata de pararse frente a un aula escolar a explicar un contenido, sino que va más allá de entender a los alumnos, involucrarse en su cultura, conocer sus formas de vida, compartir con ellos momentos especiales y trascender más que ser un simple profesionista con título en la mano. Estudiar esta carrera y estar involucrada en el contexto indígena me ha servido para crecer tanto profesionalmente como en lo personal ya que además de desarrollar más habilidades dentro y fuera de mi aula me he vuelto más humana, pues ahora puedo reflexionar más al momento de tomar decisiones, definir qué es lo bueno y lo malo y disfrutar el vivir de cada día, es decir, saber ser feliz a mi manera.
Como docente espero mucho de mí, porque sé que puedo darlo. Espero poder enseñar con valores contenidos que puedan servir a mis alumnos a cumplir con las exigencias de la sociedad, espero poder formar hombres y mujeres reflexivos para que tomen sus propias decisiones, gente que afronte las adversidades con valores y que pueda hacer de nuestro país algo mejor.
No quiero alumnos “ideales”, espero que éstos sean gente con sentimientos y amen tanto nuestra nación como para que puedan transformarla de tal forma que podamos salir poco a poco del vacío en el que el gobierno nos ha metido.
Estando en el medio indígena como docente de apoyo considero que los alumnos esperan que sea una maestra que guíe su enseñanza tomando en cuenta su entorno sociocultural, es decir, estructurar una educación para ellos, no tomando en cuenta una reforma que fue escrita por gente que no tiene los conocimientos de la educación como los tenemos nosotros, que no vive las carencias que vivimos nosotros dentro del aula y que no reconoce que la identidad está por encima de todo.
¿Qué puedo aportar? Es la pregunta que me hago todos los días, para descubrir qué es lo que quiero hacer en el aspecto escolar en el que actualmente me encuentro involucrada. Sin embargo esto lo tengo bien definido y lo reafirmo todos los días, puedo aportar mi yo, mis habilidades, destrezas, conocimientos, mi paciencia, mis sentimientos, mis ganas de transformar la educación de mi país, de ver a mis niños convertirse en gente de bien, gente con herramientas para su futuro, no es mucho pero para mí es todo, es mi vida. Para lograr todo esto tengo que seguir trabajando en mí, para ser una buena profesionista y más que nada una persona con sentido de humanidad, tengo que seguir aprendiendo de mi comunidad, de su gente indígena que sin duda alguna son la gente que más se aprecia por la humildad con la que te tratan y sus ganas de triunfar en la vida.
¿Qué estoy haciendo para lograrlo? Primero que nada estoy estudiando en lo que me he llevado muchos aprendizajes y sobre todo trato de aprovechar las experiencias de los asesores, los cuales son personas de admirarse, por otra parte también tomar en cuenta la experiencia de mis compañeras que hacen un magnífico trabajo dentro de la comunidad rural de cada una. Por otra parte quisiera trabajar más en mí, crecer personal, espiritual y psicológicamente, es decir, estar bien conmigo misma para poder ofrecerle a mis alumnos la mejor versión de mí, también creo que sería necesario reforzar mis conocimientos de docente, aprender cosas nuevas que le den ese plus a mi práctica docente y por último echarle todo el entusiasmo del mundo y no sólo ahora que son mis inicios, sino que esta emoción por enseñar dure hasta mis últimos años porque eso es tener pasión por la educación.
Carolina Natividad Duarte Gómez