Edgar Rodríguez Cimé
A David Sierra, Jorge Cázares (+), Eduardo Ortegón (+), Teresa Loret de Mola, Ralf Walter y Daniel Rosel
Los rumores del “escándalo” fueron confirmados por la prensa: 33 cuadros de pintores mexicanos, parte de la colección de pintura de la residencia oficial de Los Pinos, desaparecieron de las paredes, por lo que autores de estas obras de arte demandaron se les explique dónde se encuentran y en qué condiciones, luego que la pareja presidencial Peña Nieto-Rivera se llevó hasta “el papel higiénico”.
Toda la aclaración de este “escándalo”, comenzó cuando el pintor juchiteco Francisco Toledo, con sus colegas Sergio Hernández e Irma Palacios, solicitaron a la nueva titular de la Secretaría de Cultura, Alejandra Frausto, les informara la ubicación y el estado de sus cuadros, encargados ex profeso por Los Pinos.
Ante tal demanda, La Jornada puso su granito de arena y ubicó cuatro en paredes de diversas salas de Los Pinos: obras de Rafael Cauduro, Beatriz Ezban, Luis Nishizawa y Humberto Urbán. Aunque también otros dos, de Julio Galán y Juan Soriano, figuran en una relación de la Dirección General de Recursos Materiales y Servicios Generales de la Presidencia de la República, no están en exhibición, lo mismo que obras como la de Toledo y 26 creadores mexicanos más.
Llama la atención que desde que surgió el moderno Estado mexicano a partir de la segunda década del siglo XX, y pasado por Los Pinos muchas “primeras damas”, no se había desatado un “escándalo” de tales proporciones hasta el grado de “robarse obras de arte” propiedad de la Nación, y surge el primero motivado por una “dama” con el sello corporativo de Televisa, el “monstruo de las telecomunicaciones”, quien se llevó “cuchillería porfiriana” y hasta “menage de habitaciones” (adonde vaya uno lleva su “cultura”).
Esta desvergüenza de la ex familia presidencial sirvió como ejemplo a las “cultas” autoridades de la anterior administración tricolor en Yucatán, encabezadas por Roger Metri Duarte: quienes se llevaron, aparte de computadoras, lap tops y muebles, lo más valioso de la Colección de Pintura “Pago en Especie”, con las cuales autores yucatecos y avecindados en Yucatán pagaron sus impuestos, no registrados en el inventario a entregar a las nuevas autoridades panistas.
De esta forma, obras de arte creadas por el talento de autores locales y avecindados en Yucatán, destinadas por sus autores a cubrir el costo de sus impuestos y ser admiradas por el pueblo yucateco, primero, y luego por turistas nacionales y extranjeros que nos visitan, acabaron en las paredes de la casa de “ladrones exquisitos” como el ex Secretario de Cultura.
Habría que preguntar a nuestros creadores y autores avecindados en el Mayab: Sierra / Rosel / Hau / Walter / Mier y Terán / González / Ortiz / Muñoz…, su opinión acerca de qué obras suyas, destinadas a su apreciación por la sociedad, hayan acabado en las “garras” de la “sociedad”, representada por lo más bajo de la “poch burguesía” meridana.
edgarrodriguezcime@yahoo.com.mx
Colectivo cultural “Felipa Poot Tzuc”