Cultura

La República de las Letras

Humberto Musacchio

No saben quién fue Mexiac

Murió José José y la Presidencia de la República mandó todo un avión a Estados Unidos para que trajera las cenizas del cantante, a quien se rindió homenaje en el mismísimo Palacio de Bellas Artes (por algo Sergio Magaña le llamaba “teatro Blanquito”). Muere Adolfo Mexiac, tres veces premiado por el Salón de la Plástica Mexicana, y las autoridades culturales de la República y la ciudad son incapaces de darse por enteradas. Para el inmenso muralista, pintor de caballete y grabador no hay homenajes oficiales ni condolencias y, para mayor vergüenza, ni una mísera esquela, probablemente porque no saben quién era. Esas aberrantes autoridades “culturales” ignoran todo sobre el artista que representó a México en las bienales de grabado de varios países, el autor de Libertad de expresión, imagen de un hombre amordazado con una cadena, obra conocida y reproducida en gran parte del mundo y emblema del movimiento de 1968. Sólo la Cámara de Diputados, donde hay un mural trabajado como una inmensa matriz de xilografía, guardó un minuto de silencio por el creador a propuesta de Dolores Padierna, que sí sabe de quién se trataba. Una vez que se apacigüe el tsunami de críticas desatado por la guerra civil de Culiacán, AMLO tendrá que poner en los cargos culturales a personas enteradas, eficientes y cultas, ¡Por favor!

Exposición sobre Anita Brenner

El miércoles de la semana próxima se inaugura en el Museo Nacional de Arte la exposición Anita Brenner, luz de la modernidad, quien fue doctora en antropología por la Universidad de Columbia que realizó estudios de etnografía con Franz Boas y fue becaria de la Fundación Guggenheim. Intelectual y promotora cultural nacida en Aguascalientes y fallecida en Ojuelos, Jalisco (1905-1974), a los diez años de edad fue llevada a Estados Unidos, pero ya adulta realizó frecuentes viajes a México hasta que en los años cuarenta se estableció aquí definitivamente. Brenner Duchan se relacionó con los grandes creadores mexicanos, a los que promovió en Estados Unidos, y reunió valiosa información sobre las artes de nuestro país. Le debemos, entre muchas cosas más, la legendaria revista Mexican Folkways, de la que debería hacerse una edición facsimilar, y los libros Idols Behind Altars (con fotografías de Edward Weston y Tina Modotti), Your Mexican Holiday y El viento que barrió México. En 1967, el nefasto gobierno de Gustavo Díaz Ordaz decidió imponerle la Orden Aguila Azteca, la que rechazó indignada recordándole a todo el mundo que ella era mexicana y que esa condecoración es para extranjeros.

Jeremías Marquines, acusado

Llegó a esta república la carta de la señora Glafira Morales Suástegui, quien acusa a su yerno de haberla violado, por lo que interpuso desde hace dos años una demanda ante la autoridad, la que ha sido incapaz de detener y procesar al acusado, quien no es otro que Jeremías Marquines, escritor que obtuvo el Premio de Poesía Aguascalientes en 2012 y es actualmente miembro del Sistema Nacional de Creadores. Considerado como el principal asesor del anterior gobierno guerrerense, las autoridades hasta ahora no han procedido contra el poeta y político. Adriana Konzevick, directora del Fonca, declaró que ese organismo no tiene como misión “investigar a cada uno de los postulantes”, en lo que tiene razón, y es discutible que se deba privar de la beca a un creador calificado. Pero, por otra parte, tampoco es misión del Estado favorecer a un violador intrafamiliar, al que el grupo Mujeres Juntas Marabunta acusa también de “desvío de fondos” ¿públicos?

Recuerdo del Tlacuache

Cuenta el memorioso periodista Teodoro Renteria Arróyave en el libro Mi vida son mis amigos, que César Garizurieta, autor de la inmortal frase que fue divisa de todo priísta, “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, alguna vez buscó la candidatura a diputado por Tuxpan, Veracruz, y otro aspirante al mismo cargo, Rafael Murillo Vidal, para descalificar al Tlacuache como si fuera un desconocido, hizo imprimir un cartel con el letrero “No votes por el candidato X”, a lo que el Gary, como le decían sus amigos del Café París, respondió con otro impreso que rezaba: “No votes por el candidato XX”, lo que hacía alusión al gusto de Murillo Vidal por la cerveza. Rentería recuerda también que cuando Garizurieta era juez, solía no asistir al juzgado y dejaba que el secretario firmara las sentencias. Como le llamara la atención el presidente del Tribunal, el aludido contestó con una pregunta: “Usted, su señoría, ¿no usa facsímil para firmar cuando tiene que rubricar muchos documentos… ¿Sí? Pues yo hago lo mismo, sólo que mi facsímil es humano”.

Breviario…

Toño Malacara anuncia que este fin de mes aparecerá el primer tomo de la Enciclopedia fonográfica del jazz en México. Por lo pronto, invita al concierto del sábado 26 en la Fundación Sebastián, a las 19:30 horas. @@@ En la Cámara de Diputados prometen dar apoyo fiscal a las librerías y otros expendios de impresos que vendan menos de seis millones de pesos –¿Al mes, al año, al siglo?– para contribuir a la promoción de la lectura y propiciar el acceso a los bienes culturales. Ojalá.