Pilar Faller Menéndez
José Ortega y Gasset fue un filósofo español de la mitad del siglo XX, y fue uno de los que más ejercieron influencia en España y fuera de ella. Su estilo literario lleno de metáforas, así como de frases ingeniosas, tenía como objetivo hacer filosofía en un lenguaje similar al Quijote de la Mancha, lo cual le permitió llegar a un público culto.
Nació en Madrid en 1883, en una familia de la alta burguesía madrileña vinculada al periodismo y a la política. Su padre, José Ortega Munilla, dirigió “El Imparcial”, periódico que fundó su abuelo materno Eduardo Gasset y Artime.
La vida de Ortega y Gasset estuvo ligada profundamente al periodismo, a la política, así como a las actividades editoriales, por lo que destacó en la vida intelectual española.
Sus estudios superiores los realizó en la Universidad jesuita de Deusto en Bilbao, y los continuó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central en Madrid, donde obtuvo la licenciatura en 1902, dos años más tarde, obtuvo el grado de Doctor en Filosofía por la Universidad de Madrid con la tesis “Los terrores del año mil. Crítica de una leyenda”.
En 1905 estudió en Alemania 3 años en varias ciudades, sobre todo en Marburgo, donde conoció el neokantismo de Herman Cohen y Paul Natorp, los cuales le impresionaron mucho ya que desde su juventud fue un ávido lector de Nietzche, lo que le llevó a una obsesión por la filosofía.
Defendió un europeísmo de corte alemán, dudando de la existencia de la filosofía española, y llegó a considerarse la encarnación de esa filosofía, postulándose como el iniciador de la “verdadera filosofía” debido a la gran influencia que ejercieron en él las posturas de los filósofos alemanes.
En 1909 lo nombraron profesor numerario de Psicología, Lógica y Ética de la Escuela Superior del Magisterio de Madrid, y en 1910 ganó por oposición la cátedra de Metafísica en la Universidad Central. En ese mismo año contrajo matrimonio con Rosa Spottorno y Topete.
El 23 de marzo de 1914, en el Teatro de la Comedia de Madrid, pronunció un discurso titulado “Vieja y Nueva política”, el cual fue considerado como fundamental para la creación de la “Liga de Educación Política Española”, en el cual postulaba la “España vital” frente a la “España oficial”. En 1917 dejó de colaborar en “El
Imparcial” y empezó a colaborar en “El Sol”, periódico fundado el empresario Nicolás Urgoti, pero inspirado por Ortega.
Fue en este periódico donde se publicaron unos folletines que darían vida a dos de sus obras más importantes: “España invertebrada” y “La rebelión de las masas”, pero la empresa editorial más importante de Ortega fue la “Revista de Occidente” la cual se fundó en 1923, desde donde promovió la traducción de las más importantes tendencias filosóficas de la época. Complementariamente la revista organizaba una tertulia diaria, la cual era presidida por Ortega, a las cuales asistían colaboradores, amigos y estudiantes. Ortega dirigió la revista hasta 1936, y fue en 1962 cuando su hijo José Ortega Spottorno reemprendió su publicación, y más adelante la dirigió su hija Soledad.
Entre 1931 y 1932 fue diputado de las Cortes Constituyentes de la Segunda República como representante de la “Agrupación al Servicio de la República” fundada en 1931. En el agitado período de la vida española surgieron sus más famosos escritos políticos como “La redención de las provincias y la decadencia nacional”, “Rectificación de la República, así como sus discursos.
Sintió desencanto por la actividad parlamentaria y renunció a su participación activa. En 1936 se fue de España y emprendió largo viaje por varios países como Francia, Holanda, Portugal y Argentina, los cuales terminaron hasta su muerte. A partir de 1945 empezó a pasar temporadas en España y fundó el Instituto de Humanidades. Impartió conferencias en varios países como Estados Unidos, Alemania y Suiza, y en 1955 falleció en España.
Ortega ejerció una notable influencia no solamente en España y Latinoamérica, sino también en otros países como Alemania.
En su filosofía, Ortega deja a un lado cualquier Ontología tradicional, ya que resultan insuficientes y proclama como fundamento la verdadera filosofía: la vida entendida como acontecer, como aquello que nos pasa, lo cual se aplica a la vida biográfica, cultural, crisis y cambio de épocas, por lo que su doctrina adquiere una teoría de las generaciones que desarrolla en su libro “En torno a Galileo” publicado en 1933 en los cuales sienta las bases de la razón histórica, cuyos principios los expone en “Historia como sistema” en 1935.
Ortega proclamará el inicio de un nuevo tiempo al que llama la “aurora de la razón histórica”, ya que estaba convencido de que la cultura moderna había llegado a su fin: “El hombre no tiene naturaleza, todo lo que tiene es historia”.
Sin duda alguna, es imposible resumir los principios filosóficos de este gran periodista pensador, escritor y político que comenzó su producción literaria en 1914 dejando como legado cuando menos 43 títulos, algunos de los cuales fueron editados después de su muerte.