Jorge Cortés Ancona
Recientemente, el Fondo de Cultura Económica publicó una edición de “Canek”, de Ermilo Abreu Gómez, a un precio muy accesible para cualquier lector. Y aunque se ha escrito mucho sobre esta novela, hay aspectos especiales que merecen remarcarse.
La novela maneja con libertad los hechos históricos de la sublevación maya de 1761, para situarse en un nivel de indeterminación temporal. A base de los fragmentos, se percibe a Canek en la vida laboral y doméstica de una hacienda, donde la explotación, la opresión y el racismo son parte de la vida normal. En la novela se atenúa, en gran medida, uno de los hechos indudables respecto a la condición histórica del caudillo, que fue el suplicio al que fue sometido en la Plaza Grande de Mérida.
Canek se divide en cinco partes denominadas “Los personajes”, “La intimidad”, “La doctrina”, “La injusticia” y “La guerra”, las cuales cuentan con parágrafos numerados. A cada una de las partes corresponden respectivamente 6, 47, 39, 24 y 30 fragmentos, para un total de 146.
En principio, aunque tienen una condición genérica definida (la novelesca), está conformada de otros géneros literarios con una función secundaria. Varios de los fragmentos pueden ser concebidos como microrrelatos, ya sea narrativos o de tipo apólogo, y como microensayos, y todos pueden verse al mismo tiempo como poemas en prosa, con lo cual tenemos una novela conformada a base de otros géneros, sin perder la coherencia textual.
Los fragmentos que conforman las partes pueden leerse con independencia de la novela, y así se han reproducido, ya sea en libros de educación primaria y secundaria o en determinados epígrafes, porque en este conjunto textual, cada parte está enlazada en la secuencia narrativa.
Aparte de sus destacadas cualidades de sencillez expresiva, limpidez prosística y concentración poética, en estos microrrelatos que integran la novela encontramos las condiciones de limitación de personajes, de una sola circunstancia, la progresión cronológica, el efecto único y el exclusivo punto de vista. Los temas pueden considerarse realistas como en el siguiente ejemplo, en el cual el primero muestra incluso un sentido epifánico:
“La intimidad” (15). “El niño Guy no pudo entenderse con Patricio, el nieto de Juan José Hoil. Guy hablaba español y Patricio, maya. Ariscos, encogidos, los dos rapaces se internaron en la milpa. De pronto una víbora pasó junto a ellos y, entonces, sin advertirlo, se dieron la mano. Canek mató a la víbora”.
A su vez, la sección en que dominan los microensayos es en “La doctrina”, donde por medio de la escritura, se plasman opiniones expresadas en principio a través de la oralidad propia de la tradición cultural maya durante la Época Colonial. Transcribo dos ejemplos de esta sección:
“La doctrina” (4). “Canek dijo: —Es bueno saber cuán diferente es la necesidad del indio y la necesidad del blanco. Al indio le basta para su sustento un cuartillo de maíz; al blanco no le basta un almud. Se debe esto a que el indio come y bendice su tranquilidad, mientras el blanco come y, desasosegado, guarda todo lo que puede para mañana. El blanco no sabe que una jícara no lleva más agua que el agua que señalan sus bordes. La demás se derrama y se desperdicia”.
El diseño textual de esta novela se sustenta en fragmentos de diversa índole genérica, pero los pasajes medulares en términos realistas, simbólicos y fantásticos, provienen de las partes que pueden considerarse microrrelatos, además de las partes opinativas que corresponden a los microensayos y la concentración lírica propia del breve poema en prosa. En el caso de Canek, la independencia textual de muchos fragmentos se mantiene aún, a pesar de su integración a un nivel de texto de mayor extensión y de otra condición genérica.