Cultura

La más grande banda que el rock ha dado en la historia, es decir, los Beatles, se hicieron famosos obviamente en primer término por su música y además por la innovadora manera de peinarse el cabello.

Cuando ellos comenzaron a actuar con éxito en Liverpool, la cuna del rock, tocaban y se vestían como los demás grupos del mundo. Es decir, pantalones y chamarras de cuero y un tambaleante copete sobre la frente, además de que eran cinco los elementos que formaban el grupo: John Lennon (guitarra rítmica), Paul McCartney (guitarra de armonía), Pete Best (baterista que al comenzar los triunfos fue sustituido por Ringo), George Harrison (requinto) y Stuart Sutcliff (bajo). Estos fueron los fundadores de la formidable agrupación que el mundo conocería como los Beatles.

Un empresario alemán los contrató para tocar en Hamburgo. Ahí fue en donde pulieron su música, siendo de los más malitos de Liverpool para convertirse en unos muy buenos músicos.

En Hamburgo tocaban en un club situado en el barrio de las chicas malas –que siempre son las más buenas–,famoso por sus vidrieras con muñecas humanas; el barrio de St. Pauli.

A ese lugar acudían jóvenes de ambos sexos de las capas bajas de la población. Hasta que cierto día, una fotógrafa alemana de la clase alta, miembro de una familia acomodada y cercana a la realeza, acudió al barrio y tuvo la idea de penetrar al Bambi Kino, lugar donde tocaban los británicos Beatles –en realidad Hamburgo estaba infestada de grupos de Liverpool–: Rory Storm and the Hurricanes (en donde tocaba Ringo), Cass and the Casanovas, y otros más.

Lo que esta chica alemana, guapísima, miró y escuchó la dejó tan impresionada, que al día siguiente llevó a sus amigos de clase alta, como Klaus Voormann y Jurgen Vollmen. Ella era una fotógrafa de cierto prestigio. De esta manera comenzó su relación con los Beatles y quedaron para la historia las fotos que les tomó cuando ellos se iniciaban en Hamburgo. Ella se prendó de Stuart Sutcliffe, el bajista, poco menos que regular y que estaba en el grupo solamente por ser el mejor y único amigo de John Lennon. En realidad, los demás hacían burla de la poca habilidad de Stuart para tocar el bajo, pero Astrid dice que quien en realidad lo odiaba era Paul, que ya ambicionaba tocar el bajo. Sutcliffe era un excelente pintor y conocía sus limitaciones como bajista. Se hicieron novios al grado de vivir con ella y abandonar de motu proprio la agrupación, dejando su puesto al ahora feliz Paul Mc Cartney.

Astrid Kirchherr les tomó innumerables fotos en su época en que vestían de roqueros. Ella había estudiado diseño de modas. Sin embargo, demostró un gran talento y originalidad para la fotografía.

Con sus amigos, comenzó entonces a acudir a diario al Kaiserkeller; se sentaban en primera fila hipnotizados por esa para ellos nueva música, ya que siendo existencialistas, solo escuchaban el intelectual jazz. Averiguaron que aquello se llamaba rock and roll. Comenta Astrid: “Era como un carrusel en mi cabeza. Ellos eran absolutamente impactantes. Toda mi vida cambió en un par de minutos. Todo lo que quería era estar con ellos y conocerlos”.

Entre la juventud alemana, de clase alta, el que después sería famoso corte de pelo “estilo Beatles”, era normal, todos lo usaban, Klaus Voormann entre ellos. A Stuart Sutcliffe le gustó y dijo a Astrid que le hiciera ese flequillo. A los demás Beatles les encantó la idea y todos fueron peinados de la misma manera, a la manera de los pajes medievales, todos excepto Pete Best, quien siempre estuvo un tanto alejado de los demás. Él siguió usando su mismo copete de siempre. A partir de aquel momento, y gracias a Astrid Kirchherr, aquellas cuatro cabezas y aquel flequillo fueron la figura más vista en todo el mundo durante más de una década

Ella, a la muerte de Stu, continuó su carrera fotográfica colocándose entre las más solicitadas, gracias a las fotos que hizo de los Beatles desde que llegaron a Hamburgo.