Cultura

Luis Carlos Coto Mederos

Pablo Marrero Cabello *

Nacido en la zona de Manaquitas, término Municipal de Cumanayagua en el año 1935, Pablo Marrero Cabello es sin duda alguna una de las figuras más relevantes del verso octosílabo en el centro-sur de Cuba.

De humilde extracción campesina, realizó numerosos trabajos en el campo y trabajó como listero cuando se realizaba la construcción de la carretera Cienfuegos– Cumanayagua.

Laboró durante varios años en el Consejo Nacional de Cultura y fungió como director y productor de programas campesinos en el Instituto Cubano de Radio y Televisión. Entre los numerosos premios y menciones que recibió en su fructífera trayectoria poética, se encuentra el Premio 26 de Julio de las FAR, en el año 1997.

De su libro décimas, compartido con el poeta matancero Amado Raúl García Gómez estamos presentando algunas de las estrofas más simbólicas y elocuentes:

1079

Granma

Granma, corazón de fuego

(mar de un verde-azul cambiante)

en tu fragua navegante

se tostó el pan del labriego.

Las olas, la vida en juego…

las Coloradas, la Sierra…

Tus capitanes en guerra

dando la impresión de ser

un parto de amanecer

que tuvo el mar en la tierra.

1080

Era la Sierra

Era la Sierra… las horas

cronometrando la vida.

Era empezar la partida

de montañas invasoras.

Era una lluvia de auroras

en heroica gestación;

era el poro de un pulmón

buscando el aire sin lodo…

era la Patria, era todo…

Era la Revolución.

1081

Regreso de un combatiente

Ya regreso, con el beso

de la patria en el semblante…

Mi vida, llegó el instante

esperado del regreso.

¿No ves como bajo el peso

del amor, canto y sonrío?

En vez de un triste bohío,

el lecho de nuestro amor

será una casita en flor

a pocos pasos del río.

1082

Imagen borrosa

Bohío, triste bohío

cómplice de nuestro ayer,

estás dejando de ser

el viejo guardián del río.

Andan por tu cuerpo frío

manos de transformación,

y los ojos del ciclón

ya te ven como a un guerrero

con las costillas de acero

y las piernas de hormigón.

1083

Carreta…

Carreta, vieja carreta,

tu larga labor expira;

porque la técnica mira

tu anatomía incompleta.

El avance no respeta

tus músculos atrasados

y tus íntimos aliados,

Cimarrón y Bandolero,

por unos bueyes de acero

están siendo desplazados.

1084

Buey

Tu paso lento y cansado

entre yugos y cadenas

arrastró las mismas penas

del labrador del pasado.

Por tu lomo aguijoneado

pasaron siglos de horror,

pero a ocupar tu labor,

ya por el tiempo se asoma,

un buey con patas de goma

y pulmones de motor.

1085

Sembrador

Sembrador, de otro color

se te presenta la vida

sobre la llanura herida

por los discos del tractor.

La pupila y el amor

se te hacen rama y canuto

y se te enciende un minuto

de vida nueva en la mano

cuando en la muerte de un grano

llega la vida de un fruto.

1086

Hombre de mar

Hombres con la piel curtida

a golpes de viento y mar,

arena, espuma y manglar

te resumían la vida.

Ibas con sal repetida

en el alma y en la sien

y las redes al vaivén

de las olas y la muerte

a tu corazón sin suerte

lo aprisionaban también.

1087

Soldado

Ayer, cuando en un gatillo

rigió la ley del más fuerte,

un soldado era la muerte

disfrazada de amarillo.

Pero desde que un martillo

rompió el ultimo eslabón,

soldado y obrero son

una misma coyuntura

sujetando la armadura

del cuerpo de la nación.

1088

Infancia

Cuando decimos infancia

hablamos de un rey obrero

que abrió una tumba en enero

para enterrar la ignorancia.

El rosal se da en fragancia;

cantan las aves a coro

y entre justicia y decoro

sigue repitiendo amor

la pluma del soñador

que escribió La Edad de Oro.

Nota aclaratoria

* Las décimas de este Autor comienzan en la número 1072 de la entrega anterior. Disculpas por la omisión.