Cultura

Ecos de mi tierra

Luis Carlos Coto Mederos Francisco Otero 1108 Danzón Pedazo de tradición entre abanico y pañuelo, ¡cómo estorbaron tu vuelo sombras de limitación! Sufriste la humillación de foráneos y nativos, pero con bailes masivos han roto tus energías arcaicas monotonías de salones exclusivos. 1109 Loma

Apretada prominencia de clorofilas hirsutas, son bocas negras las grutas que hay en tu circunferencia. Adelantas tu presencia con vegetales muñones, y cuando sobre pulmones cayó el látigo infamante, fuiste palenque gigante de los negros cimarrones. 1110 Paisaje serrano A la luz del astro rey despierta la serranía y abandona la jutía su hamaca de curujey. Los ramajes del jagüey dan albergue al tocororo, y los cafetos en coro saludan al visitante con la música fragante de sus cascabeles de oro. 1111 Camino Sobre tu espalda, camino, cargaste como un atleta el dolor de la carreta y el llanto del campesino. La mano del remolino sacudió tu pelo rojo, y cuando el sol como un ojo en la noche se perdía, tu recodo le ofrecía un amparo al desalojo. 1112 Mar Hay muchos ojos de espaldas a las bellezas del mar. José Irene Valdés Gigante de voz temida, espumas y caracolas, los ojos de tus farolas protegen riqueza y vida. Con tu fauna repartida se nutre la humanidad, y cuando la dignidad llamó de nuevo al combate, fuiste camino de un yate con velas de libertad. 1113 Mocha Entras al cañaveral con tu limpia dentadura y pones una cintura de azúcar en tu metal. Tu fuerza tradicional está siendo desplazada, porque ya la combinada con otra fuerza gigante es un repique constante de mocha multiplicada. 1114 Niño machetero Yo lo vi con un acero más grande que su estatura, suministrando dulzura para un pulpo azucarero. Era un dolor con sombrero, víctima del capital, que junto al cañaveral con su sangre salpicado, era también triturado por los hierros del central. 1115 Cortina rompeviento Contra el embate violento que molesta todo el año, alza su firme tamaño la cortina rompeviento. Frente a todo crecimiento y a todo lo que germina, el viento se arremolina por romper lo construido, y solamente ha podido estrellarse en la cortina. 1116 Transformación Por donde apenas cabía un arria con sus serones, el progreso echó tendones de asfalto en la serranía. Y adonde el hambre moría en su noche colonial, llegan mutilando el mal de las sombras circundantes, unos bejucos gigantes con la luz artificial. 1117 Sin regreso Yo también colgué mi sueño. Oscar Alejo Yo también colgué mis penas en un tabique de yaguas, cuando la sal de otras aguas enfermaba mis arenas. Y mientras las copas llenas decoraban el banquete, con mis sueños al garete llevaba siempre conmigo un diciembre sin abrigo y un enero sin juguete. Yo también fui peregrino de un camino sin regreso, ¡qué piedra de carne y hueso olvidada en el camino! Yo también fui campesino descalzo y sentimental, junto al laúd musical compañero de mi canto, con doce ríos de llanto en un puente vegetal.