Cultura

Apuntes de un escribidor

Ivi MayDzib

Joker

Una de las películas más aclamadas este 2019 fue Joker (o El Guasón), la cual es una adaptación de los orígenes del famoso archienemigo de Batman; uno podría pensar que al tratarse de un film que aborda a personajes de los comics la película carecería de valor artístico y estaría destinada a ser una de ésas que carecen de tensión, ya que es previsible que los personajes terminen siempre bien, pero por el contrario, la película terminó siendo aclamada, incluso premiada en festivales tan importantes como Venecia, donde se llevó el León de Oro a la mejor película. Y es que hay que decir que Joker no es una película palomera y complaciente como a las que nos ha acostumbrado el universo Marvel, sino que es un tratado sobre el hartazgo social en el que actualmente nos encontramos y que vemos reflejado en las protestas donde hombres y mujeres toman las calles pidiendo mejores condiciones de vida, ya que el sistema neoliberal les ha quitado toda oportunidad de vivir dignamente.

La película fue dirigida por Todd Phillips, a partir de un guión que escribió con Scott Silver, y protagonizada por Joaquín Phoenix como el personaje titular, acompañado por Robert De Niro, Zazie Beetz y Frances Conroy, entre otros. La trama gira en torno a Arthur Fleck, un comediante fallido y enfermo mental, quien se hunde en la locura y se convierte paulatina e inconscientemente en la cabeza de una rebelión popular bajo el rol de Joker. Y es que uno de los grande aciertos fue la elección de Joaquin Phoenix como protagonista, ya que nos entrega una interpretación soberbia, en la que somos capaces de ver la dolencia y la locura, donde la incomprensión y el propio sistema lo excluye por su extraño comportamiento, el cual también provoca que le den palizas ya sea por jovencitos y hasta por adultos, es ese abuso lo que provoca que accione de manera violenta para liberarse e iniciar una escalada sangrienta de venganza contra quienes afirman que lo han tratado como si fuera nada.

Uno podría pensar que el humor sería parte de esta película, pero vemos cómo Joker, quien quería ser comediante, se duele de un humor que sólo humilla a las víctimas como él, y esto lo vemos en su acto final donde en un programa en vivo mata al ícono de la comedia de Ciudad Gótica.

En un mundo que se cae a pedazos, donde vemos la indiferencia y el abuso como una constante, al grado que lo hemos normalizado, hemos tomado el “humor”, o más bien los chistes ramplones, como forma de abordar las problemáticas sociales o más bien como forma de desestimarlas, y entonces nos ofendemos cuando alguien se ofende porque un tipo en Argentina se disfraza de una víctima de feminicidio para celebrar que le aprobaron su tesis y decimos “qué sensibles y faltos de sentido del humor nos salió esta generación de cristal”, pero ese “humor” insensible y ramplón se cae a pedazos cuando en el hartazgo, debido a esa violencia descontrolada, las víctimas salen a protestar de manera violenta y airada, desafiando a una autoridad que se ha coludido con los victimarios, entonces viene una indignación, igual de violenta por parte de los que abogan por el sentido del humor” porque consideran que ésas “no son las formas” y los que más se indignan ante las protestas son aquellos quienes han vivido toda su vida con su “humor” dinamitando esa violencia. De ahí que harto de ese humor ramplón, el Jocker decida tomar cartas en el asunto y con la misma dosis de violencia, ultime al comediante que se cree con el talento de un Moliere, porque la indignación de la víctima llegó a su límite.

Lo peor del asunto, es que creemos que todo esto trata de personas que van por el mundo jodiendo a otras personas por simple enfermedad y no por un sistema que, en todos sus niveles, nos ha llevado ahí y que hay que reírnos de eso porque para qué tomarse en serio lo que ya no podemos cambiar. Joker es una de las mejores películas del año, para aquellos que se la han perdido, les recomiendo ampliamente que se acerquen a esta gran obra de arte.