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Cultura

Ecos de mi tierra

Por Luis Carlos Coto Mederos

Amado Raúl García Gómez

980

Contemplación

La carreta entre varales

lleva caudales de caña

y el aire de la montaña

huele a nuevos cafetales.

Huye por los matorrales

la miedosa codorniz

mientras la abeja, feliz

obrera de corta vida,

busca la miel escondida

en la gavia del maíz.

981

La puerta

Abierta en la despedida,

mudo testigo del beso

que se repite al regreso

en el lugar de partida.

Punto de entrada y salida

incitante a la mirada,

abertura iluminada

de amor en la tarde quieta

exhibiendo la silueta

de una novia enamorada.

982

La nidada

Por la guajira cuidada

mientras el tiempo camina,

palidece la gallina

calentando su nidada.

Varios días vive echada

entre yerbas o en cajones

y cuando con ilusiones

de madre abandona el nido,

parece que ha florecido

un montón de cascarones.

983

Río

Río, cinta musical

tembladora y transparente

andando constantemente

hacia una boca de sal.

A cuestas con tu caudal

te arrastras bajo el follaje

y atraviesas el paisaje

por repetido sendero

con tu prisa de viajero

que nunca termina el viaje.

984

Meridiano

Hace un calor asfixiante,

el aire en los ríos bebe

y bajo el monte se mueve

la hojarasca crepitante.

El meridiano radiante

sobre las hojas fulgura,

se agrieta la tierra dura

en pantanos y cañadas

y las aves sofocadas

pican la temperatura.

985

Crepúsculo

En honda tranquilidad

reposan enseres viejos

y parece que a lo lejos

piensa la serenidad.

El aire la suavidad

de su beso nos regala

y en un gajo de picuala

que acaso también medita,

entreabre una bijirita

el abanico de un ala.

III

986

Noche

Cubre la noche el paisaje

y en la quietud campesina

grato silencio camina

sin pasos en el follaje.

Trae el viento en débil viaje

vaho de vegetación

y los cocuyos, que son

nubes de tenues reflejos,

transforman árboles viejos

en una constelación.

987

Amanecer

El sol, radiante viajero,

rompe las nieblas, la calma

se altera y pica en la palma

el nervioso carpintero.

Salta el intranquilo arriero

en el viejo mamoncillo,

sobre la cinta del trillo

se enamoran las tojosas

y cientos de mariposas

liban en el coralillo.

988

Primavera

La luz penetra en la cama

redonda de los pichones

y parece que ilusiones

verdes cantan en la rama.

Brilla el rocío en la grama,

mueve la palma su guano,

y por el jardín del llano

en pose de jardinera

se asoma la primavera

con una flor en la mano.

989

Lluvia

Se apura el viento, la flor

tiembla en sus pétalos suaves,

juntan sus picos las aves,

hay alegría y temor.

Y con rápido temblor

que el arroyo no retrata

cristalina catarata

de la nube se desprende

y por los aires desciende

como en un vuelo de plata.

990

Ciclón

Las nubes pasan, se llena

el horizonte de brumas

y el mar rompe sus espumas

agitadas en la arena.

La calma se desordena,

cimbra la vegetación,

y con esa situación

sin que su mal nos asombre,

anda el tiempo como un hombre

que ha perdido la razón.

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