Cultura

Ecos de mi tierra

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Exhibición de amores

Es enojoso trazar

conducta al enamorado,

pero se ha multiplicado

la escena espectacular.

Es muy frecuente encontrar

en portales, en paradas,

parejas enamoradas

en sensual exhibición,

entre caricias que son

propias de zonas privadas.

Estos notorios amores

que se expresan en las calles,

se matizan con detalles

no aptos para menores.

Sin asomos de rubores

una pareja en la esquina,

en un acto de rutina

mientras la gente pasaba,

él la mano le frotaba

donde la espalda termina.

Era un modo más sensato

el de besarse en los cines,

allí lograban sus fines

los novios con más recato.

Con un franco desacato

a la postura adecuada

un galán toma a su amada

y la ciñe por el talle,

como si fuera la calle

una habitación privada.

A veces hay cuarentones

que son marido y mujer,

y les gusta promover

en público sus pasiones.

Amar sin exhibiciones

es lo justo, lo moral;

porque en el amor carnal

tenemos que superarnos,

no debemos comportarnos

como un ser irracional.

Amador Suárez

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Un asunto de parejas

Un marido conseguí

que muy grande lo tenía

y con él de noche y día

soñó enamorarme a mí.

Me hacía cosquillas, sentí

temor y me acobardé,

hablar con él yo traté

para a un acuerdo llegar

y no me quiso escuchar,

y por eso lo dejé.

Otro yo pude encontrar,

pero lo tenía chiquito;

parecía un guayabito

lo que tenía en el lugar.

Como me empecé a burlar,

el tipo se acomplejó,

a otra no le importó

que tan pequeñito fuera,

y no sé de qué manera

con la chica se empató.

De otro me enamoré,

pero lo tenía muy flaco,

igualito que un tabaco,

y al verlo yo me asusté.

Luego, con él conversé

y este problema le abordo;

se me quiso hacer el sordo

y yo le dije: Mi amigo,

yo me casaría contigo

si lo tuvieras más gordo.

Ahora un hombre yo he encontrado

que lo tiene bien negrito,

ni muy grande ni chiquito,

con el tamaño adecuado.

De esos que tienen al lado

a las muchachas al trote.

Mira, no se me alborote,

porque eso a mí me desquicia

Usted piensa que hay malicia,

y yo hablo del bigote.

Elsa Cruz Medina