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El radio de Simón
Una viuda me propuso
un radio que ella tenía,
pero yo no lo quería
porque ya estaba de uso.
Me dijo si está confuso
pase a verlo a mi salón,
pero con la condición
que reconozca su estado,
que nadie más lo ha tocado
después que murió Simón.
Me explicaba que el difunto
muy poco lo aprovechó,
nada más que lo tocó
mientras estuvieron juntos.
Me dijo punto por punto,
me dio exacta explicación.
Yo le dije: ¿En qué estación
puedo fijarle la esfera?
Y ella me dijo: En cualquiera
la colocaba Simón.
Le anduve en toda la antena
y mientras que la tocaba
la viuda me preguntaba
que si la encontraba buena.
Le dije: Se escucha apenas
con una gran distorsión,
porque en la combinación
y en el contacto se nota…
Y me dijo: Si está rota
la culpa fue de Simón.
Empecé efectivamente
tocándole los botones
para que las estaciones
entraran correctamente
Lo conecté a la corriente
para observar la reacción
y la viudita en cuestión
decía con arrebato:
Usted toca el aparato
mucho mejor que Simón.
Cogí la C.M.K.Z.
y también la C.O.C.O.
y a la viuda le gustó
y se reía indiscreta.
La cadena Sur completa
me dio comunicación
y ella me dijo: Colón,
le juro por San Eladio
que usted conoce de radio
mil veces más que Simón.
Le di cuatrocientos reales
porque el resumen que saco:
Simón era un gran sanaco
en los asuntos radiales.
Cuando quiero a Portavales
le ando en la combinación
o cojo en otra estación
la novela de la negra
y hasta la viuda se alegra
que se haya muerto Simón.
Yo le ruego a la mujer
que tenga un radio costoso,
que no lo tenga en reposo
porque se le echa a perder.
Que sintonice con él
de noche alguna estación,
por si hay una interrupción
o una pieza le ha fallado,
no se le ponga oxidado
como el que dejó Simón.
Anónimo