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Cultura

Una revista dedicada a las señoritas del siglo XIX

Roger Aguilar Cachón

Una de las revistas que apareció en los últimos años del siglo XIX y que estaba dedicado al bello sexo, publicada en entregas y cuyo primer número apareció el sábado 19 de septiembre de 1868 al sábado 15 de mayo de 1869, constó de tres series, publicación quincenal, recibió el nombre de Biblioteca de Señoritas. Lecturas del Hogar. Constaba de 8 páginas por lo general y cada serie constó de las siguientes entregas: la primera de 15, la segunda de 5 y la tercera de 4.

La Biblioteca de Señoritas. Lecturas del Hogar, Periódico Literario, la revista fue editada por las siguientes imprentas que se presentaban de la siguiente manera: Imprenta de Rafael Pedrera, Imp. Lit. a cargo de M. Guzmán, Imprenta Literaria a cargo de M. Guzmán, y sus redactores fueron: Darío Mazuera, F. Sosa y G. Montero, Zorrilla y José García Montero. En algunos casos se escribía solamente un apellido y así se publicaba y en otros el nombre completo.

Las secciones que conformaban esta revista son las siguientes: La Biblioteca, Poesía, Canastilla, Sección Religiosa y Sección Bambúes cada una de estas secciones tenía características muy singulares. Aunque también había colaboraciones de carácter cultural o bien social. En esta colaboración no haré mención de cada una de estas secciones por cuestión de espacio, solamente les daré una ligera probadita de algunas de éstas.

En cuanto a la primera sección denominada Biblioteca, correspondía a lo que hoy conocemos en los periódicos como la sección editorial, algunas de estas colaboraciones estaba firmada y otras no. se podían leer algunos comentarios personales o bien algunas experiencias y vivencias de viajes que algunos de los colaboradores habían realizado allende nuestras fronteras. En esta sección se hacía gala de la buena redacción así como del bagaje cultural y académico que tenían los que escribían en ella. Se ubicaba de manera “oficial”, en la primera página, ocupando toda, misma que se encontraba dividida en dos partes.

Vale la pena, caros y caras lectoras, acercaros a un ejemplo de esta sección, ya que asidero que es una muestra de la manera de pensar que tenían las personas que dedicaban su vida al periodismo como una práctica seria y sobre todo, conocedores de los temas que se trataban en la misma. En la primera publicada el sábado 19 de Septiembre de 1868, está dedicada al papel que la prensa debe de tener con respecto a la sociedad y a la mujer decimonónica. En ésta se hace mención no sólo de la belleza de la mujer sino del papel que ésta tiene en la sociedad del siglo XIX.

….. en ninguna parte más que en pueblos nacientes, la prensa está llamada a ejercer una alta influencia y a producir ingentes resultados. La prensa debe encarrilar la opinión pública, iluminar las sociedades, inoculando en todos los individuos, las ideas de una civilización progresiva. La prensa debe tender una mano protectora y firme hacia la mujer. La mujer por la hermosura y la delicadeza de su sexo, por la nobleza y piedad de su corazón, lo mismo que por las augustas funciones que tiene que desempeñar en el mundo, como madre, esposa, hermana y amiga del hombre, merece todos los cuidados y todos los respetos.

La prensa debe mirar por ella con un grande interés y alejarla de todo mal sendero, puesto que de su seno nacen los sabios, los guerreros, los legisladores, los héroes y los poetas. (p. 1 y 2).

En la sección dedicada a la poesía, se hace gala del buen uso de la gramática, de la lingüística y sobre todo del ingenio de los poetas del siglo XIX. En ésta se puede leer prosa, verso en sus muy diversos estilos, destacando entre ellos los famosos y sabrosos epigramas, como el que se publicó el sábado 26 de Septiembre de 1868:

Un fuerte beso a Juanita/ A hurtadillas dio José/ Ella se enoja y se irrita…

Perdone usted señorita,/- Caballero, no hay de qué…(p. 13).

En prosa se puede leer la colaboración de Amor de Izaura, quien escribe Una Hola de mi Álbum: La Meridana, (sábado 24 de octubre de 1868) en donde hace un ligero pero puntual homenaje a la mujer yucateca y su descendencia española, y en estas líneas se puede disfrutar lo siguiente:

Cuando la meridana se muestra con toda la autenticidad de su belleza y gracia, es capaz de hacer perder los estribos al mejor jinete (…). Hay en su hermosa y animada fisonomía un no se qué de dominante y satisfecho, que parece decir al extranjero “¡Aquí soy soberana!”. Soy amable, generosa y hospitalaria, pero también soy caprichosa y exigente. Todo en la meridana de raza pura es andaluz, reproduciendo los rasgos y características del bello tipo gaditano. La cabellera suave, sedosa y brillante; los ojos, negros, ardientes, expresivos y revolucionarios; su sonrisa fácil, seductora y parlera; la nariz sumamente desfilada y de modelo arábigo; la tez ligeramente morena y de un blanco pálido que rara vez se enciende; la cintura esbelta como una palmera de los trópicos; el pie liliputiense y ligero, el andar garboso, tentador y a veces suavemente onduloso, una voz de timbre musical, una inteligencia, clara, pronta y penetrante, una gracia perversa a fuerza de ser seductora, hacen de la meridana uno de los más bellos tipos que existen en el mundo. (p. 46).

En la sección en donde se escribe de cultura general y de temas relacionados con la moda, podemos transcribir algunas secciones de ésta. El sábado 31 de octubre, con motivo de las festividades del Día de los Muertos, José García Montero escribió sobre este tema, destacando las ideas siguientes:

En Yucatán, el pueblo en este día enciende innumerables velas de cera. En las casas y en los campos colocan jícaras de atole y cajetes de comida dedicados a los difuntos; y creen algunos que invisiblemente descienden las almas a tomar una parte de ella a que dan el nombre de tomar la gracia. En este día comen casi todos unas tortas de maíz rellenas de pollo y puerco condimentado con tomate y chile, cocido bajo de la tierra que llaman mucbipollos o pibi huah. (p. 53 y 54).

No cabe la menor duda que desde ya hace algunos años, la prensa ha sido uno de los medios más importantes para la preservación y difusión de nuestra cultura, tal y como se menciona líneas arriba en donde se da a conocer a las lectoras de la importancia de este día, así como de las tradiciones que se enmarcan en la misma.

Y para concluir, uno de los temas que más me apasionan de este período de tiempo y que la prensa ha sido una ventana para dar a conocer la manera en que las damitas de sociedad del siglo XIX se vestían así como de la influencia que ejercía la moda de Europa y de Estados Unidos. Esta nota apareció el sábado 28 de noviembre de 1868 se hace una crítica a la misma y es firmado por García Montero:

La moda de 1790 de cortarse las señoras el pelo empezaba a generalizarse hace apenas unos años. Las coletas eran de distintas formas y maneras: se ataban, se dejaban sueltas, se encerraban en una bolsa, etc. Las coletas desaparecieron en 1814. La moda de las mujeres embarazadas, a cuya apariencia se llamó en lenguaje elegante medios términos, era el reverso de los tontillos, que fue inventada para ocultar embarazos ilegítimos. Los guantes y mitones, clavos y flechas, sombrillas y manguitos, bastones y relojes no han dejado de tomar parte en las pasadas y presentes modas. (p. 82 y 83).

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