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Taxistas de Cancún inician marcha pacífica en favor a ex líder del sindicato

Cultura

Ecos de mi tierra

Luis Carlos Coto Mederos 458

El trompón

Una vez me enamoré de una guajira sitiera y recordar no quisiera los trabajos que pasé. Una tarde yo llegué haciéndome el guapetón: el viejo me dio un trompón, me tiro arriba una silla y el sombrero de pajilla fue a dar en el callejón.

Anónimo

459

Crónicas de un viaje

Le ofrecí mi sitio a un viejo en el carro de la playa y me dijo: –Estoy en talla, el asiento te lo dejo. Aquí disfruto el festejo del hilo y del calientico, deja ver cómo te explico: es que, si me tocan, toco… sentado me alivio un poco, pero de pie “esto” es más rico.

Una joven en el viaje le expuso al octogenario: –¡Se va a volver millonario si se dedica al masaje! Otra con muy poco traje y de juvenil sonrisa, le desagarró la camisa, a causa de un accidente, y le tumbó con la frente su dentadura postiza.

El añejo se propuso recuperar lo extraviado y con el tronco inclinado alguien detrás se le puso. Un tipo medio confuso le estaba dando cintura… –Amigo tenga mesura y deje de jamonearme que no quiero desgraciarme buscando la dentadura. Un perro que se montó en el transporte a escondidas, después de algunas lamidas su prótesis devolvió. Luego el viejo se enredó al bajar con la chancleta de una gorda, la maleta que traía un vigilante, un pomo de luz brillante y el cordel de una careta.

Por esquivar el cemento se lanzó hacia la cañada y se comió una ensalada de yerbas, que ni te cuento. Un enjambre virulento del jején más agresivo lo hizo volver al estribo, y así desistir del viaje, pues de aquel rato salvaje ¡por poco no sale vivo!

Carlos Ettiel Gómez Abreu

460

Asamblea de mujeres

Se reunieron un día como cincuenta mujeres para demandar poderes de belleza y simpatía. Una del grupo decía: –Hay que hacer un comité y para que se le dé carácter a la asamblea, que presida la más fea y que se ponga de pie.

Se cruzaron las miradas Con curiosidad y duda Y, hasta incluyendo una viuda, Permanecieron sentadas. Fueron horas prolongadas De zozobras y tormentos; Y para acabar el cuento, Así pasó todo el día Y ninguna se atrevía A pararse del asiento.

Anónimo. 461

El latoso

Ayer por la tarde fui a casa de un buen amigo; no se asombren si les digo el tiempo que estuve allí. Yo creo que me dormí con enojo en el sofá… cuando desperté: –Bla, bla Salustiano continuaba, hasta que dije: –¡Guayaba! Salustio, está bueno ya.

Pedro Llanes Delgado

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El burro

Yo tengo un burro de cría que a cualquiera se lo presto, y cuando se halla molesto se va de romerías. Se lo di prestado un día a don Nicanor Vallejo, él le puso el aparejo, le lastimó el costillar, y el condenado animal por poco revienta al viejo.

Anónimo

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