Luis Carlos Coto Mederos
Miguel González
Miguel González fue un habanero que compuso unas décimas apologéticas dedicadas a Colón y escritas precisamente para dar a conocer en la Santa Madre Iglesia Catedral en la ceremonia de recibimiento de las cenizas del Almirante.
529Décimas que se pusieron en la Santa Iglesia Catedral en los funerales del Almirante don Cristóbal Colón
Sólo la famosa España
da crédito a Colón fiel,
y solamente Isabel
lo dispone a la campaña:
Por qué quiso Dios que hazaña
tan invicta, rara y sola,
que tanto honor acrisola,
y gloria de gente en gente,
la alcanzara solamente
la monarquía española.
Águila imperial Colón
diestro, sagaz y valiente
vencer supo a la serpiente
de la fiera oposición:
Cantó glorioso la acción
más grande que ha visto el suelo
a fuerza de su desvelo
y actividad siempre lista;
pero sin perder de vista
las luces del alto cielo.
Ya tus temores acabas,
y la envidia cierra el labio,
al ver Almirante sabio,
lo que constante anhelabas:
Ya la tierra que buscabas
la descubre tu valor
y talento superior,
póstrate humilde en el suelo,
dale las gracias al Cielo
y ofrécela al Salvador.
Ya, murmuradora gente,
cesarán vuestras sospechas,
no dispararéis más flechas
contra un varón prudente:
Ya notáis cuan reverente
las gracias da al Sumo Ser,
por lo que acabáis de ver;
destiérrense vuestros sustos
convirtiendo los disgustos
en alegría y placer.
Siempre firme conservé
con la más tranquila calma,
en el centro de mi alma
esa antorcha de la Fe:
Guiado de ella intenté
hacer mi navegación
ostentando ese blasón
que católico me sella,
y haciendo más caso de ella,
que del nombre de Colón.
De la virtud y prudencia
dos columnas erigió
Colón, sobre que formó
su gobierno y permanencia:
Porque sin esta excelencia,
ningún estado florece,
ningún aplauso merece,
y con prudencia y virtud,
a la mayor celsitud
toda república crece.
Con un respeto profundo
aún más de lo que encarezco,
¡Oh, gran Fernando! Te ofrezco
las llaves de un Nuevo Mundo:
En oro y plata fecundo,
en reinos muy estimado,
de nuevas gentes poblado,
con que queda de Colón,
concluida la comisión,
y tu imperio dilatado.
Con la más perfecta unión,
en mil conceptos profundos,
cantando están ambos mundos
los hechos del gran Colón.
Y está muy puesto en razón,
que así cada cual levante,
la voz, y tono elegante
a un compás tan oportuno,
porque solamente uno
a cantar no era bastante.