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Cultura

La República de las Letras

Trabajadores que no trabajan

En el Museo Nacional de Arte se suscitó un incidente que pinta con precisión las tropelías de una burocracia abúlica, inepta y corrupta, pues cobra por no trabajar. La nueva directora de ese recinto, Carmen Gaytán Rojo, quien se encontró con vidrios rotos medio tapados con plástico, zonas enteras, como la escalera principal, donde desde años inexplicablemente no se encendían las luces, la sala del patronato convertida en cuarta de los trebejos y una zona completa donde un tal Víctor Vázquez tenía la única llave. La señora Gaytán exigió que se le abriera ese espacio y para su sorpresa lo halló convertido en un muladar, con el piso tapizado de basura, restos de comidas por todas partes y unos calzones sobre el televisor, frente al cual ese señor del llavero pasaba sus muchas horas de ocio. En el mismo local había diez uniformes con sus respectivos zapatos que los empleados no usan, ya sea porque Vázquez no se los entregó a los trabajadores o porque en Tepito se los pueden comprar a buen precio. Para más señas, el mismo individuo es el líder del STINBAL, uno de los ¡13 sindicatos 13! que mantienen en permanente zozobra a Bellas Artes, donde frecuentemente obligan a suspender actividades vitales. Si un funcionario quiere poner orden, se enfrenta a esos sindicatos de pacotilla, inútiles para defender los derechos de los trabajadores, pero excelentes para sabotear el funcionamiento del Instituto. Seguiremos con el asunto.

El escándalo por

las becas

La semana pasada se produjo una pequeña guerra en redes sociales. Todo empezó con un cable de Notimex con la firma de Irma Gallo, titulado “Los estímulos del Fonca: entre la opacidad y el despilfarro”. Para la señora Gallo, resulta casi un delito que algunos intelectuales hayan tenido hasta seis veces la beca del Sistema Nacional de Creadores, como es el caso de Christopher Domínguez, David Huerta o Elsa Cross, quienes han correspondido a tales apoyos con una obra de indiscutible calidad y proyección más allá de nuestras fronteras. Alberto Ruy Sánchez, también incriminado por la reportera, señaló que “esto apunta a que quieren meterle mano a la bolsa del Fonca” para otros proyectos del sexenio. Por supuesto, eso de la opacidad es una mentira redonda, pues los concursos son públicos, se sabe quiénes fungen como jurados y los beneficiarios son conocidos y reconocidos por su obra. En cuanto al despilfarro, cabe recordar que México está presente en el mundo por sus políticos ladrones, por los capos del narcotráfico y porque es, como decía Rafael Tovar, una de las cinco mayores potencias culturales del mundo, por su pasado y por su presente. El mismo Tovar solía repetir que las becas no tenían carácter asistencial, sino que eran un estímulo a los creadores más distinguidos para que siguieran produciendo en beneficio del país, lo que a fin de cuentas nos resulta muy barato a los contribuyentes. ¿Dónde está el despilfarro?

Murió Félix Goded Andreu

En Cuernavaca, Morelos, falleció antier sábado Félix Goded Andreu, uno de los jóvenes que pagaron con años de cárcel su participación en el movimiento estudiantil de 1968. Félix estudió arquitectura y sociología en la UNAM, navegación en Cancún y pintura en el taller de David Alfaro Siqueiros, donde estuvo en dos épocas. Artista bien dotado, extrañamente no se dedicó de lleno a las artes plásticas, campo en el que hubiera hecho un gran papel. Hombre de izquierda, perteneció al Partico Comunista, para el que editó la revista Nueva Vida. Fue coordinador editorial de la Universidad Autónoma de Sinaloa y gerente de Fin de Siglo Editores, donde publicó la revista Fin de Siglo. Como caricaturista colaboró en El Día, Sucesos y El Machete. Escribió para La Jornada y fue siempre una persona respetuosa y un trabajador cumplido. Lo extrañaremos.

60 años sin Samuel Ramos

Figura mayor de la llamada “filosofía del mexicano, Samuel Ramos publicó en 1934 El perfil del hombre y la cultura en México, libro que alborotó el cotarro en tiempos en que la sociedad nuestra se preguntaba quiénes somos y por qué imitamos fórmulas ajenas, a lo que respondía que todo era producto de un complejo de inferioridad. Hoy, tal complejo sólo lo tienen los políticos que consideran necesario agacharse ante el fuerte, como Marcelo Ebrard en la triste negociación –más bien imposición– con los gringos, en la cual olvidó que, al menos en lo formal, México es un país independiente. Hace falta otro Samuel Ramos que imparta clases de dignidad.

Los libros de Tierra Adentro

No se publicarán doce de 25 libros que había prometido dar a luz Tierra Adentro en el sexenio pasado. El Fondo de Cultura Económica, al que pertenece ahora lo concerniente a las ediciones de Tierra Adentro, se negó a imprimirlos porque sólo contaban con dictámenes externos en los que ni siquiera se sabe quiénes fueron los dictaminadores “ni se tiene constancia de que los dictámenes fueran verificados” por la anterior administración, lo que evidentemente se presta a cochupos. Por supuesto, ya protestaron los autores marginados, pero otro argumento es que en bodega hay 114 mil ejemplares de libros de esta colección.

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