Luis Carlos Coto Mederos
Francisco Pobeda (Primera parte)
Conocido como “El trovador cubano” fue el primero que cantó las espléndidas galas de la naturaleza de Cuba y retrató fielmente las costumbres de nuestros guajiros, sus fiestas y sus amores.
Nació en La Habana el día 4 de octubre de 1796 y fue bautizado en la iglesia de Guadalupe. Vivió gran parte de su vida en Sagua la Grande, lugar donde murió en 1881 siendo ya un hombre octogenario.
Es a Francisco Pobeda a quien corresponde la gloria de ser uno de los primeros que cantaron con acento criollista en Cuba. Tanto así, que se le señala como iniciador del criollismo en la Isla.
536Descripción de los guajiros
Para pintar al guajiro
con la mayor perfección,
quiero hacer la distinción
que en todas sus clases miro.
Escribir lo cierto aspiro,
aunque mísero coplero,
y la espinela prefiero
al estilo altisonante,
para que después me cante
en la sabana el montero.
En estos mis versos llanos
las clases describiré,
y si a Cuba antes canté
hoy cantaré a los cubanos:
Si mis esfuerzos son vanos,
si no alcanza mi razón
a formar la descripción
con la debida belleza,
culpad sólo a la pobreza
que tiene mi inspiración.
Sentadas pues estas bases,
también demostrar aspiro
que no se pinta al guajiro
en una, sino en tres clases:
Musa, adelante no pases
sin distinguirlas primero:
Una, guajiro estanciero,
y segunda, el mayoral;
tercera, y más general,
el guajiro sabanero.
En la vega o en la estancia,
que todo viene a ser uno,
cuando el tiempo es oportuno
hay siembras con abundancia:
Y esto se le debe al ansia
con que el guajiro estanciero
en su espacioso venero
al trabajo se dedica
y por eso multiplica
su familia y su dinero.
El guajiro mayoral
ocupa más alto rango,
y en el campo y en el tango
es juez a un tiempo y fiscal:
Su porte es original,
usa muy grande el sombrero,
buen machete, mejor cuero,
un arrenquín marchador,
y labradas con primor
fuertes espuelas de acero.
En el potrero o el hato
se llama al gañán montero,
éste es el gran sabanero
que ora ocupa mi relato:
Es hombre de poco trato
tan fuerte como valiente,
en rumbos inteligente,
que vive en las soledades
venciendo dificultades
tan audaz como prudente.
Aún hay otros campesinos
como son los carreteros,
los peones y los arrieros
de los lugares vecinos:
todos a cuál más ladinos
entonan canciones suaves,
y aunque sin acordes graves
siguen el uso del monte,
como lo canta el sinsonte,
como lo hicieran las aves.
Todo el esmero y primor
del guajiro está cifrado
en hallarse redondeado
con un potro marchador:
Cada cual tiene su amor
con lo que su bien completa
y al trabajo se sujeta
sin cometer un desliz,
hasta que se hace feliz
casándose con su prieta.
(Segunda Parte)
Nos dice D. Antonio López Prieto en su “Parnaso Cubano” que Poveda “fue en su niñez estudiante, pero desgraciadamente, como a muchos sucede, desventuras de familia interrumpieron sus estudios, y pobre, se refugió en los campos donde en humildes faenas agrícolas transcurrió su juventud, admirando la naturaleza y observando las costumbres que más tarde había de copiar en sus versos. Ha sido sabanero, peón de ganados, actor dramático, capitán de partido, amanuense de abogados y escribanos, profesor de instrucción primaria, empleado en ingenios y cafetales, y unas veces favorecido por la suerte se ha visto elevado a Notario Eclesiástico, y otras como le resulta hoy con sus ochenta y tres años cumplidos, tan dejado de sus favores, que para subsistir ha tenido que reducirse en su ancianidad a vender viandas, en la villa de su residencia”.
Así terminó la vida de Pobeda, sumido en la pobreza.
537El Viaje al Parnaso
Del Pindó en la estrecha entrada
hay un suntuoso edificio
de cuyo atento servicio
está la fama encargada:
La Crítica razonada
está en el cancel alerta;
y es necesario te advierta
que, aunque muchos intentaron
penetrar, cual yo quedaron
en el umbral de la puerta.
Quise a la Crítica hablar,
pues cantor de Cuba he sido,
para saber si ha podido
mi canto en el Templo entrar:
Mas ella sin vacilar
me dijo: “Tienes rivales
que no aprecian lo que vales,
y tus obras, Trovador,
no alcanzaron ese honor,
aunque son originales”.
Sentíme palidecer
al verme desengañar
y no consiguiendo entrar
a lo menos quise ver:
La Fama inquirió saber
quién era el Autor profano
que en el Templo soberano
quiso penetrar prolijo,
y la Crítica le dijo:
“Es el Trovador Cubano”.
Empezó la Fama a hojear
un gran libro que allí había
y repuso, todavía
no se le ha dado lugar:
Y volviendo a repasar
el libro con atención
casi al último renglón
leyó: “Trovador Cubano,
versista en el metro llano,
escolar de Calderón”.
Tu nombre esta nota tiene
y esto te desacredita,
subsanarse necesita
todo el que al Parnaso viene:
Si es que callar te conviene
no aspires a triunfos vanos,
porque tus mismos paisanos
que tus producciones tocan
ni una ocasión te colocan
entre los vates cubanos.
Quedó lleno de estupor
viendo en la fuente sagrada
a más de tres que la entrada
lograron por el favor.
Yo que fui el propagador
de romances provinciales,
sufrí el mayor de los males
al ver que en el Pindó entraron
algunos que me plagiaron
mis pobres originales.
La Fama viéndome así
y asiéndome de la mano
dijo: Trovador Cubano
esa culpa no está en mí:
Cuando tu nombre leí
separado de la Historia,
vi la injusticia notoria
que en La Habana se te hacía
y que un lugar te impedía
en el Templo de la Gloria.
Francisco Pobeda