Ivi May Dzib
En definitiva, son los medios quienes terminan dictando la agenda del día, la cartelera de nuestras ficciones, lo que debemos de considerar la pelea del siglo o la pareja del momento, el escándalo del año, la persona no grata en el ámbito público y por qué no también en el ámbito privado. En ese tenor, el tema del momento en las redes sociales son los remakes de las viejas películas para niños de Disney, que en esta ocasión anunció la nueva versión de La Sirenita y la sorpresa fue mayúscula, ya que el personaje principal sería interpretado por Halle Bailey una actriz afroamericana y no por una actriz blanca de cabello pelirrojo como era de esperarse, ya que así está en la película de dibujos animados original de Disney.
Lo anterior trajo consigo una ola de críticas y comentarios tanto de los que estaban a favor como de los que estaban en contra de esta decisión, mientras que algunos aplaudían la disposición de Disney de abogar por la interculturalidad y la inclusión, otros señalaban que la decisión era incongruente, ya que no seguía lo establecido en la película original y que no se imaginaban la posibilidad de tener a una Ariel negra. Entonces empezó un enfrentamiento entre un grupo de personas que consideran racistas a otras por estar en desacuerdo con la elección de Disney, los que están en desacuerdo se sienten ofendidos y sorprendidos que los llamen racistas porque afirman que no lo son, pero argumentan que una obra original no debe de tener modificación. Entonces empezaron los chistes donde ponían la imagen de un burro o cualquier otro animal con la palabra Dumbo o a Pocahontas rubia, para aducir que esta era la lógica en la que nos estaba metiendo Disney. La discusión se ha puesto tan caliente que hay quienes crecieron con esas películas y argumentan que con esta decisión Disney les quieren arruinar los recuerdos de su infancia, entonces hay quienes más ofendidos aun cuestionan esas infancias frágiles y les recuerdan que a estas alturas de su vida deberían de estar pensando en su cuenta de Afore que en un remake.
Verónica Maldonado señala sobre el tema: “La discusión que se ha suscitado en las redes sobre la Sirenita, sería de una supina insustancialidad si no fuera por los espejos monstruosos que ha colocado frente a nosotros. Creer, como tabla mosaica, que dicho personaje debe ser pelirrojo porque ‘padre-nuestro’ estudios Disney así lo dibujó en el principio de todos los tiempos, es también creer que nuestro aspecto nos condena a un rol en esta vida de acuerdo al número de color que nos fue asignado en el pantone divino. Pero, además del evidente racismo, lo que se evidencia es una mentalidad tenebrosamente conservadora negada a los cambios. Si el color de piel sigue siendo un factor importante para obtener lo que sea, el antiguo coloniaje sigue vivo en nuestras cabezas”.
Lo cierto es que esta discusión también deja clara una idea, que la percepción que tenemos de las ficciones para niños son un producto de la marca Disney, porque me ha tocado leer los comentarios y opiniones de mucha gente que está relacionada con la docencia, el arte, la lectura y los medios de comunicación, matizando la idea de que la voz de la infancia es la que nos dio Disney, olvidándose por completo de Hans Christian Andersen. Y es que pensemos en La Sirenita de Disney, una princesa del mar que deja todo con tal de estar con el hombre de su vida, es capaz de los sacrificios más grandes como quedarse sin voz y renunciar al mar que es su hábitat natural con tal de seguir al hombre de sus sueños y aunque eso signifique morir siempre será una dicha hacerlo con amor. Si la polémica se da por un cambio de color de piel del personaje ¿qué pasaría si intentáramos adaptar la historia y la figura de la mujer estuviera acorde con las luchas vigentes que se están peleando? Posiblemente se dejaría de arruinar infancias que crecieron con la idea de que las princesas son carne de sacrificio.
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