Conrado Roche Reyes
Quienes hemos tenido la fortuna de escuchar y observar una actuación de Tina Turner, deberíamos ser catalogados como seres especiales, como lo fue ella, en un efecto de transferencia. Y es que la vibración y la energía que esta cantante proyectó durante su vida en activo, posiblemente ninguna artista femenina lo haya hecho. Siempre fue considerada como una de las mejores voces de la escena y llamada “La reina del Rock”. A sus más de setenta años, se conservaba con la misma potencia de voz y escénica, así como una envidiable figura. Una Venus de ébano.
Su esposo, el guitarrista Ike Turner, la inició en el mundo del espectáculo en 1956. Durante el show de Ike, Tina cantaba, y lo hacía mejor en cada ocasión, lo que provocaba los celos de su marido, un alcohólico que en privado, ejercía cotidianamente una gran violencia física y mental contra la novel esposa. Esto duró muchos años.
El verdadero nombre de la cantante más hermosa y mejor de rock fue Anna Mae Bullock y nació en Nutbush, Tennessee, en el año de 1936. Siempre fue una gran amante de la música y debutó en 1958 con el nombre de “Little Ann”, con un éxito bastante relativo.
Ya en 1960, casada con Ike, formó parte de la banda de éste, a la que se tituló “Ike y Tina Turner”. Aquí fue cuando Tina llegó a la fama y al éxito (acompañada de la mala sombra que la perseguía que era su marido) con grandes ventas en las versiones de las piezas “River Deep Mountain High”, “Proud Mary) y otras.
Para entonces, el público que acudía a los conciertos, no lo hacía por escuchar a Ike tocar la guitarra, sino a Tina cantar. Y es que esta fabulosa mujer no solamente era una enorme cantante, sino una excelente bailarina, actriz, compositora y coreógrafa y completaba su show con una estrafalaria vestimenta y coreografías novedosas.
Ya como solista, “Private Dancer” llegó a lo más alto del estrellato. El éxito internacional llegó con “What’s Love Got Do With It”, “Let’s Stay Together”, “The Best” que alcanzaron todos los primeros lugares. Para entonces, las golpizas ya fueron insoportables y la gran Tina se divorció de Ike Turner. Era ella ahora, como solista, una artista ya consolidada.
Su gama creció aún más por su actuación en la película ópera rock “Tommy”, en el papel de “The acid queen” (“La reina ácida”). Aunque en lo personal no soy muy afecto a la música de “The Who”, autores de la ópera de marras, la actuación y el canto de Tina Turner, su frenético baile, hacen salvable la película, plagada de estrellas pop.
Su fama fue tal, a finales de los noventa del siglo pasado e inicios del actual, que todo mundo quería grabar con ella. Así lo hizo con Mick Jagger de “The Rolling Stones”, Eric Clapton, y los más afamados miembros de la realeza rocanrolera.
La mejor voz femenina del rock and roll adquirió la nacionalidad suiza, a la vez que renunciaba a la estadounidense en el año de 2013. Y asimismo, ese mismo año se retiró definitivamente de los escenarios a la edad de 74 años, con la misma vitalidad y proyección de voz de cuando grabó su primer disco. Salve Tina Turner, la Reina del Rock.