Luis Carlos Coto Mederos
David Chericián
1207
Copa con alas
En el bote iba remando
por el lago seductor
con el sol que era oro puro
y en el alma más de un sol.
Mi amor del aire se azora
–y es que le vuelve a traer
tu imagen– esa mujer
de antes, mañana y ahora.
Hoy mía, ayer cazadora
de mis soledades cuando
dócil a tu voz de mando
y a tu deseo servil
por la mañana de abril
en el bote iba remando.
Componía mi paisaje
–más que el lago y la floresta–
la melancólica fiesta
de tu cuerpo en el oleaje.
El leve, estático viaje
de tu tranquilo fulgor
era el potente motor
de mi viaje por tu piel
–eras tú mi timonel
por el lago seductor.
Fue tu mirada el canoro
trayecto del colibrí
y dejó clavado en mi
su doble rayo sonoro,
tus ojos mirando a coro
me iluminaban lo oscuro
y era el rumbo más seguro
el de tus ojos cantores
compitiendo en esplendores
con el sol que era oro puro.
Oro puro el sol y tú
dejando en mí el oro puro
de tu cuerpo en el maduro
bamboleo del bambú.
Rompiendo todo tabú
abrías tu girasol
y el duplicado farol
de tu corazón profundo
encendió en mí más de un mundo
y en el alma más de un sol.
***
Dicen que suele volar
por los espacios perdida
el alma, y en otra vida
sus alas puras bañar.
El amor que me consume
es a la vez mi alimento,
dicen que suele en el viento
ser el color y el perfume.
Dicen que del ala implume
todo vuelo hace brotar,
dicen que suele en el mar
ser salto de olas y espuma,
en la luz como en la bruma
dicen que suele volar.
Dicen que suele cantar
con la lluvia y con el fuego
al dar el calor y el riego
con que suele germinar.
Suele ser ruego y altar
de la vida prometida
por sus alas, por la huida
hacia mi nuevo verdor,
dicen que vuela mejor
por los espacios perdida.
Cuando ella suele en mi estrella
encender la luz dormida,
suele ser en mí otra vida
que vivo al vivir en ella.
Así ella vive en mi huella
otra vida en mí nacida,
y veo en mí repetida
la vida con que destella
en otra alma desde ella
el alma, y en otra vida.
Dicen que suele ser flor
en las alas incesantes
que con vuelo de gigantes
surcan el mar del amor.
Suele ser fuente y albor
de clara música impar
cuando mi pecho –su hogar–
enciende con su arrebol,
dicen que suele en el sol
sus alas puras bañar.
***
Yo quiero salir del mundo
por la puerta natural:
En un carro de hojas verdes
a morir me han de llevar.
Eres un volcán en flor
y con tus ríos de lava
haces libre por esclava
la voluntad del amor.
Tu calcinante vapor
surge de lo más profundo
de las raíces que hundo
en tu geografía huraña,
por el rumbo de tu entraña
yo quiero salir del mundo.
De ese mundo, entrar en el
mundo regio de tu magia
donde el fuego se contagia
del azul mar cascabel.
Mar que me inunda de miel
en telúrico raudal
de fuego vivo y lustral
que tu entraña me procura
saliendo de tu cintura
por la puerta natural.
Puerta natural que lleva
a la senda de la vida
donde con furia encendida
tu cráter a mí se eleva.
La más antigua y más nueva
fruta que golosa muerdes
cuando al perderte me pierdes
alcanza total sazón,
y viaja por tu región
en un carro de hojas verdes.
Verdes hojas a granel
que cubren tu piel astral,
porque tu entraña es panal
y tu lava es pura miel.
Brota el fuego de tu piel
y arrasa duda y pesar
cuando da tu ardiente mar
vida en muerte, en hoy futuro,
a tu entraña de oro oscuro
a morir me han de llevar.