Hoy, se conmemora el Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, fecha designada por la UNESCO en el 2005, después de una Recomendación sobre la Salvaguarda y la Conservación de las Imágenes en Movimiento, surgida en 1980.
El investigador sobre archivos sonoros y presidente de Bibliotecarios del Sureste A.C., Paul Rodríguez González, nos explica que, ante el Patrimonio Audiovisual, como sociedad estamos obligados a conocerlo, valorarlo, resguardarlo y difundirlo en diferentes niveles. Este se integra por todos los soportes documentales que han registrado en imágenes fijas, en movimiento y grabaciones sonoras, los hechos, percepciones y sentimientos de la humanidad; la cual asegura “es la memoria del mundo”.
Ya sean analógicos o digitales, actualmente se encuentran en “entidades archivísticas como fonotecas, filmotecas, videotecas o mediatecas”. A finales del siglo XIX, el Archivo fonográfico de Austria, el de Berlín y Rusia, se convirtieron en pioneros en esta materia. En México, existen colecciones desde los años treinta y almacenados, desde los cuarenta. Paúl Rodríguez, menciona que las más importantes son la Fonoteca del INAH, la de Radio UNAM y la Fonoteca Nacional, entre otras.
Ante casos como el que actualmente se presenta en la región (Huracán Zeta), considera que con un acervo audiovisual y sonoro dedicado a estos fenómenos “podríamos prevenir muchos riesgos y actuar en consecuencia con base en la experiencia que ha quedado registrada”. Sin embargo, comenta, que actualmente no existe una colección de tal índole en el Yucatán, lo cual desea que quienes tengan material puedan ponerlo a disposición.
En Mérida existe una de las fonotecas de más reciente creación, de la cual es fundador. La Fonoteca Adda Navarrete es el seno de una institución de educación superior, brinda información a sus estudiantes y al mismo tiempo, al estar abierta al público, se convierte en un repositorio del cual se generan proyectos de impacto regional.
Finalmente, recuerda que este año el tema del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual es “Ventanas al Mundo”, y que, en el caso del estado, coincide ya que “los acervos sonoros y audiovisuales son ventanas para abrirse y mostrarnos la gran aportación que suman al desarrollo social”.
Por Gibrán Román Canto