Por Pilar Faller Menéndez
Fue hace 143 años, en 1877, cuando tuvo lugar la premiere mundial del icónico ballet “El lago de los cisnes”, en el legendario teatro Bolshoi en Moscú, Rusia, con la coreografía de Julius Reisinger. Esta fue la primera obra importante del famoso compositor Pytor Tchaikovsky, quien también diera vida a través de su música al clásico “Cascanueces”, pero, irónicamente, después de la primera representación de “El lago de los cisnes”, éste no causó gran revuelo, por lo que tuvieron que pasar algunos años, para que fuera como hasta la fecha, uno de los mejores en su género de todos los tiempos.
La protagonista no fue la prima bailarina del Bolshoi, de entonces, sino que la representación principal estuvo a cargo de Pelageya Karpakova, cuya representación no pudo conmover a la audiencia. Las críticas inmediatas hicieron que se realizaran algunas modificaciones a la partitura original, mientras que se pulía la producción, y la música resultara familiar para la audiencia, después de lo cual comenzaron a surgir respuestas favorables.
Fue hasta el 15 de enero, dieciocho años después de la primera presentación, que con una nueva coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov que esta obra alcanzó el éxito en el teatro Mariinsky, de San Petesburgo. Marius Petipa se encargó de los actos en el castillo (primero y tercero) y los actos del lago (segundo y cuarto) estuvieron a cargo de Lev Ivanov. El libreto fue responsabilidad de Vladimir Beghitchev y Vasili Geletzer.
La trama transcurre entre el amor y la magia, en la que en los cuatro actos que la constituyen, sus cuatro protagonistas se encuentran en una lucha entre el bien y el mal, cuyos personajes se encuentran ante un hechizo que un brujo, padre del cisne negro, impide que los dos amantes hagan realidad su amor.
Inspirado en este ballet de Tchaikovsky, en 2010, sale a la luz un filme con el título de “Black Swan” conocida como “El cisne negro”, del director Darren Aronofsky, cuyo trama en cierta forma tradujo bajo su perspectiva, la psicología que muchas bailarinas viven, así como la dualidad existente entre el cisne blanco y el cisne negro, la cual conectó a su guión, después de haber visto numerosas producciones de este ballet, por lo que se decidió a dirigir esta exitosa película de suspenso psicológico, la cual obtuvo numerosos premios internacionales y estuvo nominada al Oscar como la mejor película, y Natalie Portman, la protagonista, obtuvo este premio como la Mejor Actriz.
“El lago de los cisnes” ha sido, probablemente, el que más representaciones ha tenido a nivel mundial, debido a la belleza de la historia que narra, así como su música. No ha perdido vigencia, y sus puestas en escena llenan los teatros donde se presentan.
Sobre la técnica y originalidad de la coreografía de esta obra, así como la dificultad de su representación, la dejo en manos de los expertos colaboradores de este rotativo, como el maestro Víctor Salas, ya que debido a su importancia y complejidad, sería irresponsable escribir sobre algo que desconozco, pero que me maravilla.