Cultura

Ecos de mi tierra

Luis Carlos Coto Mederos

Poeta, narrador, escritor para niños.Nació en 1953 en Santiago de Cuba.Textos suyos han sido publicados en diferentes revistas nacionales y extranjeras. Ha obtenido numerosos premios en concursos cubanos y foráneos.Estas décimas se atreven con los amores ausentes por la muerte o el olvido. Otros avatares de la realidad cubana también asedian al poeta que no se deja derrotar: siempre queda un espacio para la alegría y el homenaje.1756La visita del pez

El pez visita la sombra

del agua sobre la tierra

sabe hallar la luz que encierra

el alma cuando se nombra

y mientras canto se asombra

del caracol en la orilla

por eso en la maravilla

de su amor crepita el fuego

con que alimenta su juego

de hacer brotar la semilla.

1757¿Definir la soledad?

Si algún día yo pudiera

definir la soledad

que me adelanta la edad

en una esquina cualquiera

alzaría en mi quimera

una antorcha sobre el viento

para olvidar el momento

en que la piel de la suerte

tornaba mi vida inerte

con su falaz pensamiento.

Pudiera ser el fermento

de una razón escondida

un fantasma que se anida

en las fauces del tormento

o quizás un viejo intento

por descubrir la otredad

en la absurda realidad

que me devora la espera.

Si algún día yo pudiera

definir la soledad.

1758Ventiscas

Asomado al precipicio

donde la noche es un búho

entre ventiscas fluctúo

sin encontrar un resquicio.

A merced de incierto juicio

me desgarro en temporales

que con sus lluvias letales

falacias suelen morder

haciéndome padecer

la angustia de otros mortales.

Y acorralado el cedizo

aluvión de la quimera

puedo escalar la barrera

que limita el paraíso.

El rostro que un día quiso

derrotarme sobre el puente

se lo llevó la corriente

al otro lado del mundo.

Desde mi canto profundo

se estremece la serpiente.

1759Espejismos de la suerte

Viejos dioses de la suerte

aliados del mar y el fuego,

que palpitan en el juego

donde descubro mi muerte

vengan a darme una fuerte

razón para ser humano,

tomen mi sangre y mi mano

alzando hasta el sol mi altura

para bordar la estatura

de mi sueño más lejano.

1760Los laberintos de la edad

Un sueño humano y feroz

se tiende sobre la trampa

que entre arrecifes escampa

su lluvia verde y atroz

para quebrarme la voz

allí donde ya no alcanza

el tiempo: saeta y lanza.

El reloj en su destino

quiso cantar pero vino

a naufragar la esperanza.

Me perdí en los laberintos

de mi edad muda y cansada

que me tendía la espada

para cortar los instintos.

Desde volcanes extintos

diseño nuevo paisaje.

Soy feliz porque en el viaje

recuperé la osadía

y del tenaz mediodía

conservo su olor salvaje.

1761Interrogantes ¿Podré llegar al final

de esta escala tan altiva?

¿Conseguiré mientras viva

como un humilde animal

subir la cuesta total

cual Sísifo redivivo?

Humo en el viento percibo

sólo atisbo confusiones

y entre mis torpes razones

me diluyo cuando escribo.

¿Por qué no encuentro la llave

de esta puerta misteriosa?

¿Dónde alucina la rosa

su rostro perfecto y suave

para enfrentarse a la grave

transparencia del cristal?

¿Con qué furia y qué puñal

me ha traspasado el abismo?

No consigo ser yo mismo

en la estrategia final.