Cultura

El siglo de oro del repentismo en Cuba (3)

Luis Carlos Coto Mederos

Ecos de mi tierra

Recuerdo que cierto día, siendo niño, mi padre y yo coincidimos de manera fortuita con Don José Marichal, un verdadero ídolo de los amantes del verso improvisado. Luego de los acostumbrados saludos mi padre le preguntó:

¿Quién cree usted que sea el mejor repentista?

Marichal contestó:

Pues me atrevo a asegurar que quien más produce en un escenario, hoy por hoy, es Pedro Guerra.

Mi padre ripostó:

Pero usted lo ha aventajado en muchas contiendas.

Marichal respondió:

Sí, porque llevamos muchos años cantando juntos y le conozco su lado flaco. Pero aún así debo andar siempre con mucho cuidado.

Si ponemos aparte la ética profesional que sin duda ostentaba el bardo, creo que su juicio fue muy justo para con su contrincante.

La próxima selección de la controversia sobre “el pasado” trata sobre “la conformidad”.

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Tema: El pasado (3)

José Marichal vs Pedro Guerra

José Marichal

Eres un hombre dichoso

si has cumplido tu carrera;

yo pienso de otra manera,

mira si vivo dudoso.

Veo tan dificultoso

el detalle establecido

que, un poco sobrecogido,

siento que se haya mi ser

porque escucho a mi deber

conversándome al oído.

Pedro Guerra

Porque yo sé que mi vida

a su límite llegó

si es que la he cumplido o no

ya yo la di por cumplida.

Porque una vida rendida

sin fuerza y sin voluntad

no debe, por terquedad,

a otras cosas responder:

si algo más pudiera hacer

lo haría con felicidad.

José Marichal

Hay una gran realidad

en eso que has proferido,

y es que eres un ser nacido

para la conformidad.

Yo, en realidad, de verdad

tengo mucho que decir,

y es que me habré de ceñir

al gran deber que procede

entre tanto que me quede

un minuto por vivir.

Pedro Guerra

La conformidad es guía

que de cierta luz nos llena;

si no es con la suerte ajena

me conformo con la mía.

Hice cuanto hacer podía

poniendo mente y compás

y, como no puedo más

nuevas empresas hacer,

si algo dejé por poner

que ponga el que viene atrás.

José Marichal

¿Y cómo tú, que a la cumbre

tanto has podido subir,

te conformas con vivir

para tantas mansedumbres?

Tú que tantas reciedumbres

has mostrado día a día,

que has derrochado energía

en ese perenne andar,

te conformas sin lanzar

un grito de rebeldía.

Pedro Guerra

Yo, por esa condición

que me sirvió de costumbre,

nunca he tenido más cumbre

que la de mi aspiración.

Esa cumbre, que es la acción

que no hay grandeza que iguale,

la cumbre que tanto vale

por arte, por ejemplar,

si no la pude escalar

que el que venga atrás la escale.

José Marichal

El hombre debe vivir

pensando en un paso más

si ha de ceñirse al jamás

al que se debe ceñir.

No es necesario añadir

que existe un concepto grave

y, si se busca la clave,

hay que decir de este modo,

que el que se conforma a todo

está muerto y no lo sabe.

Pedro Guerra

Allá el que se ha imaginado

que ha vivido para eterno

sin contemplar el infierno

manifiesto del pasado.

Sé que yo ya he liquidado

toda batalla emprendida,

y que aquella fe crecida

a derrumbarse comienza,

no hay nadie que me convenza

ni ha convencido mi vida.

José Marichal

¿Quién es el que va a crecer

en un camino dudoso?

Ese esfuerzo poderoso

no se puede establecer.

¿Quién hay que pueda saber

el bien de su autoridad,

y, en esa complejidad

casi al borde del averno,

pensar que va a ser eterno

sin saber la eternidad?

Pedro Guerra

Yo porque sé lo que soy

y a lo que un hombre equivale,

¡mira que un consejo vale!

y yo ni consejos doy.

Estos que comienzan hoy,

que se dan a nueva lucha

porque su confianza es mucha,

ven la vida en su reflejo:

ningún consejo de un viejo

esta juventud escucha.

José Marichal

Si tú declaras vivir

igual que vive un fantasma,

que ya nada te entusiasma

que no consigues reír,

¿cómo te podrá ocurrir

salir del bien al encuentro,

ni que te hayas en el centro

de la gran ley secular,

qué consejo puede dar

el que está muerto por dentro?

Pedro Guerra

Porque ya de Satanás

bastante tuve hasta hoy

me he convencido que soy

un fantasma nada más.

Sombra que llevo detrás

persiguiéndome los pies,

trágico desinterés

que a vivir no me entusiasma,

fatal aquél que es fantasma

y no sabe lo que es.