Me llamó mucho la atención que instalado ya el campamento había un ave que me hizo discutir mucho con Omar, mi intendente predilecto, quien me contaba historias importantes y excelentes de sí mismo. Tenía por pretexto la humedad, porque la tarde de ayer había llovido y todos los árboles aún estaban mojados y para él pasaba el tiempo y no tenía a qué tirarle, así que apuntó a un álamo y disparó tres veces y de entre el follaje salió una comadreja que miró con ojos asustados al hombre del rifle y tabla.